Científicos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) iniciaron ayer la campaña Descarsel 2017 para estudiar cómo reducir los descartes del arrastre en el Cantábrico Noroeste y mejorar la selectividad de las capturas y la supervivencia de las especies afectadas por esta modalidad. Un equipo formado por 15 científicos y técnicos de los centros oceanográficos de A Coruña, Vigo, Santander, Gijón y Cádiz partieron a bordo del Miguel Oliver de la Secretaría General de Pesca -que cofinancia junto con el Fondo Europeo Marítimo y Pesquero (FEMP) la campaña- y recorrerán hasta el 10 de septiembre la plataforma del caladero desde el litoral hasta los 500 metros de profundidad.

El estudio forma parte de las iniciativas del Ministerio de Pesca para cumplir con la obligatoriedad de desembarque que recoge la Política Pesquera Común (PPC) y busca facilitar el uso de dispositivos o artes de pesca más selectivas. Los científicos utilizarán de forma experimental copos de pesca selectivos y dispositivos como ventanas de escape que evitan la captura de juveniles, además de incluir una cámara submarina en los equipos para estudiar el comportamiento de las especies en la parte trasera de la red y mejorar su diseño, según informaron fuentes del IEO.

La campaña, que dirige el investigador del Centro Oceanográfico de Vigo Julio Valeiras Mota, también estudiará la supervivencia de peces e invertebrados demersales como rayas, cigalas y otras especies que la flota descarta de forma habitual. El buque cuenta con una instalación de tanques especiales a bordo que permite mantener con vida los ejemplares para poder medir su nivel de estrés a través de análisis sanguíneos y controlar los efectos de la captura de cigalas, rayas, peces planos u holoturias (conocidos como pepinos de mar). Los científicos usarán nuevas tecnologías para analizar los tipos de descarte e identificar problemas relacionados con su gestión.

El proyecto del IEO Descarsel tiene como objetivo lograr una pesca sostenible a través de la innovación en la selectividad de las artes con diferentes configuraciones de red y estrategias de pesca para mejorar la supervivencia de los peces. La entrada en vigor de la PPC introdujo la obligación de desembarque -que terminará de implantarse en 2019- para aquellas especies sujetas a cuotas y a un Total Admisible de Capturas (TAC). La mejora de la selectividad del arrastre pretende evitar que la flota se vea obligada a amarrar una vez agote la cantidad de determinada especie que puede pescar y que antes tiraba por la borda, especialmente en el caso de las choke species (aquellas para las que los barcos tienen poco cupo o ninguno) ante la obligación de llevar las capturas a puerto. "Se busca, además de velar por una explotación sostenible del recurso, mantener la actividad de las empresas de modo rentable sin que se produzcan consecuencias socioeconómicas perjudiciales para su viabilidad", informó el IEO.

La campaña es una continuación de la iniciada en 2016 a bordo de barcos comerciales de los puertos de Celeiro y Burela que colaboraron en el proyecto con Pesca, que indica que la monitorización total y la vigilancia de las operaciones pesqueras con los sistemas de sensores del Miguel Oliver permitirán obtener "información completa" y trabajar en condiciones "controladas y más adecuadas" que en buques como los empleados el año pasado.