El Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) sigue con sus méritos para convertirse -cuando el Brexit prospere- en la futura sede del laboratorio bacteriológico continental de referencia y para ello tiene que obtener los parabienes de la Unión Europea.

El Gobierno de Portugal ha sido el último en interesarse por el control y detección de biotoxinas que se desarrolla en las instalaciones de Vilaxoán (Vilagarcía) y por el sistema de gestión de las zonas de producción cuando se producen episodios tóxicos o cuando estos remiten.

La coordinadora del Laboratorio de Biotoxinas del Instituto Portugués del Mar y de la Atmósfera, María Joao Botelho, acudió al centro de la Xunta interesada en conocer específicamente el sistema de alertas, comunicaciones o notificaciones directas al sector que se realizan desde el Intecmar cuando detecta la presencia de toxinas conocidas popularmente como marea roja.

Nuevo sistema

Botelho fue recibida y atendida por Covadonga Salgado, directora del Intecmar, quien le detalló tanto las características del avanzado sistema de alertas aplicado en Galicia para mantener informado al sector como la experiencia obtenida con los nuevos métodos analíticos implantados por la Unión Europea y empleados tanto en Galicia como en Portugal para garantizar la seguridad alimentaria de los moluscos bivalvos.

Salgado mostró a su colega portuguesa el sistema que desde el Intecmar permite especialmente en el caso de la producción de mejillón, comunicar los resultados instantáneamente al propio sector, para que los bateeiros tengan claras en todo momento las órdenes de apertura y cierre de bateas decretados.

De allí salen las órdenes de cierre tanto para polígonos bateeiros de mejillón y ostra como las zonas de producción de infaunales -especies que viven enterradas, como la almeja y la navaja- y áreas de captura de pectínidos, como la zamburiña, y demás especies.