La Secretaría General de Pesca autorizó a los buques de cerco gallegos a volver a capturar sardina desde ayer tras el cierre "provisional y precautorio" que decretó la semana pasada, cuando constató que la flota había agotado las posibilidades de pesca del mes de septiembre. Representantes del sector propusieron a la Administración reducir los topes de captura establecidos hasta ahora, de 6.000 kilos por barco y semana, a solo 1.000 para poder seguir con la pesquería.

Las lonjas subastaron hasta el 15 de septiembre un 8% menos de sardina (3.305,6 toneladas) que en 2016, pero los ingresos aumentaron un 3%, hasta los 5,7 millones de euros, debido al precio medio de la especie (1,73 euros por kilo, un 12% más).