El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad confirmó ayer que la intoxicación por consumir atún rojo en malas condiciones afecta hasta ahora a 154 personas en España y otros países europeos. 105 de estos casos están relacionados con productos de la marca almeriense Garciden, que tiene la línea de producción de atún cerrada como medida de precaución.

La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aecosan) informó por otro lado de que a lo largo de este año gestionó 15 alertas por altas concentraciones de histamina en atún, generadas por la mala conservación del pescado y que pueden provocar una intoxicación alimentaria y síntomas como dolor de garganta, sudor facial, náuseas o cefaleas.

La Comisión Europea mostró su "preocupación" a España sobre este tema y le exigió que tome medidas, además de informar al Gobierno central de que realizará una auditoría en octubre para evaluar la efectividad de los controles y de las medidas correctivas y coercitivas adoptadas. Bruselas aseguró que el producto afectado iba destinado en un primer momento a la industria conservera pero que recibió un tratamiento para modificar su color y darle un aspecto más fresco, con lo que se incrementa el precio de venta y se produce una "práctica fraudulenta".

La Guardia Civil informó la semana pasada de que las intoxicaciones afectaban a varias comunidades autónomas y países como Alemania, Francia, Italia y Portugal y de que siete personas vinculadas con la firma Garciden están imputadas por un delito contra la salud pública con productos alimenticios, falsedad documental y otro referido a los consumidores.

La Confederación Española de Pesca (Cepesca), por otro lado, indicó ayer que sus pescadores cumplen "escrupulosamente" con los controles. "Lamentamos cualquier práctica fraudulenta de otros operadores [industria o venta] pero el consumidor de atún puede estar tranquilo", aseguró su representante, Javier Garat.

El secretario general de la patronal conservera Anfaco-Cecopesca, Juan Manuel Vieites, descartó que hubiese algún caso de fraude por atún adulterado en la industria de la conserva o la flota. "Las conserveras españolas son completamente ajenas a esta alarma, en nuestra industria tendrá un impacto cero", indicó Vieites.