Las lonjas gallegas comercializaron 1.520,5 toneladas de bonito del norte hasta ayer, un 2,4% más que el año pasado (1.484,2). La venta de la especie supuso unos ingresos de 6,7 millones de euros, un 13% superiores a los 5,9 millones de 2016 debido al incremento del 10% en el precio de la especie, que pasó de los 4 euros por kilo de media a los 4,41 euros.

La campaña de bonito en la lonja de Burela -principal para la especie en Galicia- finalizó ayer con un incremento del 18% en las descargas, que este año alcanzaron las 963 toneladas frente a las 812,4 de 2016. La subasta del también denominado atún blanco en el centro de primera venta lucense supuso una facturación de 4,3 millones de euros, un 28% más que hasta el 3 de octubre de 2016 (3,36 millones), según los datos provisionales de la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar.

El gerente de la Asociación de Armadores de Burela (ABSA), Miguel Neira, considera que no era difícil mejorar las cifras del año pasado porque fue la peor costera "de la historia", aunque reconoce que "la evolución" del precio de venta fue satisfactorio. El atún blanco se comercializó a una media de 4,46 euros por kilo en el municipio, un 8% más que el año pasado (4,13 euros).

Neira lamenta que las capturas de esta campaña, que comenzó en junio, estén "muy lejos" de las previsiones. La organización preveía comercializar entre 1.600 y 1.800 toneladas de bonito del norte y alcanzar una facturación de 6 millones de euros, en línea con una costera tipo. Según el gerente de ABSA, junio y septiembre fueron dos meses especialmente malos porque "lo normal" es subastar entre 200 y 300 toneladas y sólo se desembarcaron en la lonja 100.

"Eligieron Burela para descargar barcos de todo el Cantábrico", indicó Neira, que cifró en 48 el número de embarcaciones que llegaron a este puerto lucense a pesar del descenso en los buques locales que participaron en la costera. Este año, tan solo seis barcos de A Mariña participaron en la campaña de bonito del norte, frente a los 16 o 18 que suelen salir a pescar la especie.

La presencia de pelágicos franceses e irlandeses en el Cantábrico fueron foco de las quejas de la flota bonitera española, que lamenta un año más -al igual que en 2016- que estos puedan usar artes no permitidas para los barcos nacionales y "menos sostenibles" con el recurso. Representantes del sector acusaron a los buques extranjeros de localizar los peces a través de la situación de los españoles para pescarlos incluso a menos de doce millas de la costa nacional en aguas de competencia española.