El sindicato CIG acusó ayer a la conservera Calvo de cerrar su fábrica de Esteiro (Muros) "sin justificación" y de pretender que los trabajadores se acojan a "bajas incentivadas". Según el sindicato, solo 40 de los empleados de la factoría (el 13%) podrían hacer el trayecto de ida y vuelta a la sede, en Carballo, a donde la empresa propuso a los fijos discontinuos su reubicación. La compañía genera 300 puestos de trabajo directos e indirectos en Muros, según la CIG, que asegura que la situación económica del grupo "desmiente de forma contundente" su justificación para cerrar la fábrica muradana.