España y Portugal pretenden establecer un tope de capturas de sardina para 2018 de un máximo de 15.000 toneladas para las flotas de ambos países, lo que supondría un recorte del 11,7% respecto a la cuota de este año. El mínimo planteado es de 13.5000 toneladas y con esta propuesta los dos Gobiernos buscan esquivar las duras recomendaciones de los científicos, que proponen un total admisible de capturas (TAC) cero, y la postura de la Comisión Europea, que admite una "preocupación" sobre la situación de la especie. Por ello, Bruselas insta a ambos Gobiernos -que gestionan la pesquería mediante un plan conjunto para esquivar que la CE fije una cuota- a "tomarse en serio" la situación. El cerco, por su parte, respira aliviado al librarse, por ahora, de un escenario "desastroso".

El Ejecutivo español apeló ayer a fijar un TAC para 2018 de entre 13.500 y 15.000 toneladas, al igual que lo hizo el pasado viernes la ministra de Mar lusa, Ana Paula Vitorino, que propuso un límite de entre 13.500 y 14.000 toneladas.

Según el Ministerio de Agricultura y Pesca, la propuesta "es coherente" con uno de los escenarios que plantea el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES), encargado de analizar la situación de las pesquerías para la CE. Fuentes gubernamentales apuntan que de esta forma se logrará una reducción de las capturas respecto a 2017 -el techo de este año se quedó en 17.000 toneladas- y una recuperación del 5% de la biomasa, para lo que además se pondrán en marcha "medidas para garantizar la sostenibilidad del stock" como repartir posibilidades de pesca entre los buques del golfo de Cádiz. Según los del Gobierno, casi la mitad de los ingresos (43%) de algunos armadores de cerco proceden de la sardina, mientras que la dependencia media de esta especie es del 23% del valor total de las capturas.

Los responsables de Pesca entienden que existe margen para aplicar lo que obliga la Política Pesquera Común (PPC) en materia de fijación de nivel de mortalidad y explican que la causada por pesca está en los niveles "más bajos" de toda la serie histórica. Esta afirmación va en línea con las cifras de descargas realizadas en Galicia, que bajaron un 74% en una década. En lo que va de año se descargaron 3.441 toneladas, un 20,7% menos que en el mismo periodo de 2016.

Postura de la CE y el sector

Mientras un portavoz de la CE indicó que el Ejecutivo comunitario no prohibe pescar sardinas y que "es consciente" de su importancia socioeconómica y cultural, al tiempo que admitió que existe "preocupación por el estado potencialmente precario de la pesquería" e hizo un llamamiento a los Gobiernos de ambos países para que "se tomen en serio" la situación de la especie.

Justo cuando el Ejecutivo español hacía pública su propuesta, el sector se encontraba en plena reunión con los científicos en el Consejo Consultivo Sur, en Santiago. Según el portavoz de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), Andrés García, intentaron "rebatir" la postura del ICES a través de su experiencia diaria en el caladero. "Hay mucho pescado, lo dicen también en el golfo de Cádiz", explica García, que asegura que "cualquier recorte en la cuota se nota", pero que la propuesta de España y Portugal "es mejor que cero", además de recordar que la prohibición total "sí sería desastrosa".