Seis empresas gallegas se benefician en Namibia de lo que este país recibe de la Xunta, que es lo mismo, en teoría, que recibir de Galicia en materia de formación, de empleo, etc. Si la Xunta hiciera lo mismo con otros estados en cuyas aguas faenan barcos gallegos, otro gallo nos iba a cantar en el corral casero.

Enrique López Veiga fue quien abrió el melón namibio después de que los congeladores gallegos abriesen el de la pesca de la merluza mediante acuerdos privados de capturas que beneficiaron a los armadores y tripulantes de esos buques y al pueblo namibio. Al actual presidente de la Autoridad Portuaria de Vigo le siguió la exconselleira de Pesca, Carmen Gallego, y la actual responsable del departamento de Mar, Rosa Quintana. Los tres últimos conselleiros de Pesca de la Xunta viajaron a Namibia y se esforzaron en sostener e incluso mejorar los vínculos con este país. Y todo a pesar de que Namibia fue quien expulsó de sus aguas a la flota congeladora gallega obligando a la mayor parte a buscarse la vida en caladeros lejanos, y no siempre para bien porque, de una u otra manera, tanto Canadá como Argentina hicieron todo lo posible por lograr que un buen número de buques con base en Galicia tuvieran que constituir sociedades mixtas o pasar directamente al desguace.

Hoy es ya pura historia; pero el arriba firmante no se olvida de los acontecimientos vividos en ambos casos, con persecuciones, asaltos y acusaciones sin fundamento que pusieron en vilo no solo a los tripulantes de los barcos afectados y sus familias, sino también la estabilidad de las empresas. Esa manía persecutoria produjo también daños colaterales para las flotas que faenaban en aguas de Marruecos, de Mauritania o de Guinea, y hubo que ceder a las pretensiones de esas naciones por más que se invocaron los lazos de unión y amistad con España.

Galicia ha pescado en todo el mundo. Es el pago a la carencia de plataforma pesquera propia. Y, por si todo ello fuera poco, la UE cobra también su peaje a una flota que ha enseñado a pescar a medio mundo en los cinco continentes. Incluso ilegalmente, para nuestra desgracia.

Namibia ha reforzado los tradicionales vínculos con Galicia y seis empresas lo agradecerán. Ojalá las ayudas fuesen iguales para todos los barcos con base en esta comunidad.