La Secretaría General de Pesca está inmersa en la negociación con su homólogo luso la renovación del acuerdo pesquero con Portugal, un convenio bilateral en el que la flota española plantea como una de sus principales reivindicaciones que los barcos portugueses descansen, al igual que los españoles, los fines de semana. El Gobierno -que ya realizó "tres reuniones de alto nivel" con el Ejecutivo luso y varias con el sector español para conocer "sus inquietudes y principales demandas"- considera "justa" la demanda de la flota española de que los buques portugueses no puedan faenar los fines de semana en aguas españolas y admite que esa diferencia de trato en el mismo caladero supone "una disfunción que merma en cierta medida la competitividad de la flota española".

Por ello, la Administración española asegura trabajar y negociar con Portugal para encontrar "una solución satisfactoria" que permita armonizar la coincidencia de la actividad de ambas flotas en las respectivas aguas de cada país, según explica el Gobierno en su respuesta a una pregunta escrita del diputado de En Marea Antón Gómez-Reino. El parlamentario gallego preguntaba al Ejecutivo central sobre la situación de la negociación con Portugal, sobre su postura ante las principales reivindicaciones del sector pesquero gallego y sobre qué hará si no logra cerrar un acuerdo satisfactorio antes de fin de año.

La flota española tiene como grandes demandas que los buques de los dos países no puedan faenar en aguas españolas durante el fin de semana, que se apliquen a cada zona de pesca las medidas técnicas del país al que pertenecen esas aguas y que los buques españoles de arrastre de fondo puedan capturar pez espada como pesca accesoria -al igual que los arrastreros lusos-. Con esta última petición los armadores gallegos pretenden acabar con "la paradoja", denunciada por este diario el pasado día 21, de que mientras los buques españoles tienen que descartar las capturas de esta especie, los pesqueros de Portugal las venden en lonjas españolas sin ningún problema.

En este sentido, la respuesta del Gobierno a Gómez-Reino señala que la normativa que regula la pesca de especies altamente migratorias, como el pez espada, "prohibe la captura, tenencia a bordo, desembarco o comercialización de pez espada, incluida la captura accesoria o fortuita, por parte de cualquier buque que no se encuentre incluido en el censo unificado de palangre de superficie". El Ejecutivo añade que prevé modificar la orden para permitir la captura accesoria de pez espada en el Mediterráneo (porque lo obliga el plan de recuperación del stock para la zona) pero que no prevé cambiar la regulación actual en el Atlántico, la zona a la que afecta el acuerdo pesquero entre España y Portugal.

Sobre el transcurso de las negociaciones, el Ejecutivo afirma que se desarrollan en un clima "de cordialidad y cooperación" y que confía en tener un nuevo acuerdo antes de que acabe 2017. De no lograrlo, señala, cabe la posibilidad de prorrogar el pacto actual "por un periodo limitado hasta que se pueda firmar el nuevo acuerdo" y sostiene que este convenio "ha venido siendo beneficioso para todas las flotas desde que se puso en marcha".