Noruega respalda a Bruselas para negociar el periodo transitorio en pesca tras el Brexit, mientras que Reino Unido pretende recuperar el control sobre sus aguas y sus recursos una vez se consume, el 29 de marzo el próximo año. El ministro británico encargado de la pesca, Michael Gove, ya reconoció que el país estaría sujeto a las cuotas establecidas por Bruselas al menos un año más, con lo que el de este ejercicio sería el último en el que participa en la negociación de diciembre sobre las posibilidades de pesca. La Unión Europea, sin embargo, apuesta por un período de transición más amplio, de dos años, para lo que encontró un poderoso aliado: Noruega. El país nórdico, una de las principales potencias pesqueras mundiales, quiere evitar a toda costa un "vacío normativo" en las ricas aguas del mar del Norte. "Un objetivo clave es asegurar un período de transición sin problemas y a tiempo", asegura el ministro de pesca del país nórdico, Per Sandberg. El sector gallego, con 140 barcos pendientes de su futuro, celebra la noticia, que califica de "un toque de realidad para Reino Unido".

"Debemos establecer un nuevo marco legal e institucional para la gestión de las poblaciones de peces conjuntas en el mar del Norte", explica Sandberg. Los barcos noruegos y comunitarios pueden pescar en las aguas territoriales de unos y de otros en esa zona tras las negociaciones que se realizan en los últimos meses de cada año. Cuando Reino Unido deje de formar parte de la Unión Europea, se convertirá en el tercer miembro en sentarse a la mesa para alcanzar un pacto. Con estas palabras, Sandberg no solo apoya a la UE o al sector que reclama este periodo de transición, sino que da un aviso a Londres: "Tendremos que llegar a un acuerdo sobre cuestiones complejas".

El ministro de Pesca noruego, según recoge el diario británico The Guardian, apuesta por idear "un sistema para el intercambio de oportunidades de captura", además de cooperar en vigilancia y control, tal vez en referencia a la armada británica anunciada por Gove y que, como publicó este periódico, estará formada por cinco buques de guerra de 400 millones de euros. "Sin duda, habrá problemas difíciles, pero no partimos de cero", señala Sandberg en un intento para evitar circunstancias que "obstaculicen las pesquerías" del mar del Norte.

La recomendación, en casa

La idea de un periodo transitorio tras el Brexit choca frontalmente con el take back control (recuperar el control) de sus aguas proclamado por Michael Gove, uno de los principales supporters de la salida de Reino Unido de la UE y que siempre intentó borrar del mapa la posibilidad de esperar más allá de marzo del próximo año. El responsable de la pesca británica, respaldado por la premier Theresa May, no ha vuelto a hacer una proclamación similar "desde hace meses", como recogen los propios medios británicos, que aseguran que el negociador europeo, el francés Michel Barnier, supo mover mejor las fichas sobre el tablero.

El Parlamento anglosajón acogió a finales del pasado noviembre una sesión especial para buscar la mejor salida posible a la que asistieron expertos en materia pesquera, que recomendaron un acuerdo transitorio que facilite la coordinación de los stocks pesqueros y las cuotas.

"Que Noruega diga esto es muy bueno. Les da un toque de realidad, sobre todo a la flota escocesa", indica el miembro de la Alianza Pesquera Europea (EUFA, por sus siglas en inglés), Iván López. El representante de la flota entiende que el país nórdico "quiere estabilidad" y que para eso "se necesita un pacto". "Un acuerdo que aún no se sabe cómo va a ser, porque no se puede pensar en el futuro sin saber qué hacer en el presente", apunta López.