La firma japonesa Nissui busca llevar el pulpo de acuicultura al mercado en 2020. En esa carrera en la que Pescanova también está metida a través de su plan estratégico, científicos gallegos intentan aportar su grano de arena y ayer anunciaron un significativo avance: los investigadores realizaron ensayos que permiten mejorar la viabilidad de las larvas del pulpo común ( Octopus vulgaris) en condiciones de cautividad, con lo que se producen nuevos progresos que acercan esta especie a su cultivo comercial.

El Instituto Español de Oceanografía (IEO) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) coordinan el proyecto Octowelf, en el que participan las universidades de Vigo, Granada y La Laguna y científicos de los oceanográficos de Vigo y Tenerife. Los investigadores consiguieron porcentajes de supervivencia "superiores a estudios previos" y un crecimiento "notable" de las larvas, lo que permitió iniciar la fase "de asentamiento", cuando la paralarva deja la vida plantónica (en la que nada libremente) y entra en la bentónica (en el fondo marino, donde desarrolla la etapa juvenil y adulta).

Fuentes del IEO destacan que los requisitos alimentarios durante las primeras fases de desarrollo "son difíciles de obtener" y que "queda mucho para su cultivo integral", por lo que habrá que esperar para obtener el pulpo de piscifactoría.