El cerco gallego que comparte cuotas regresa poco a poco al trabajo después del descanso que inició a mediados de diciembre y más de la mitad de los buques de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga) está ya en el mar. El inicio de 2018, sin embargo, no trajo para los pescadores buenas capturas, algo entendible porque febrero suele ser "el peor mes del año" y el tiempo también "ayuda poco".

El portavoz de la asociación mayoritaria en Galicia, Andrés García, asegura que hay unos 60 buques que ya pescan estos días y que la próxima semana se incorporará otra veintena. "El lunes estaremos unos 80 en el mar, aproximadamente tres cuartas partes de la flota", explica el representante de Acerga, que agrupa a alrededor de un centenar de barcos de cerco de la comunidad. La asociación para su actividad un mes al año para realizar las reparaciones necesarias en sus embarcaciones y gestionar las cuotas de las que dispone, descanso que en esta ocasión inició a mediados de diciembre de 2017 y del que ahora regresan de forma paulatina todos los buques, principalmente los de la provincia de A Coruña. Los de Pontevedra serán los últimos en volver al trabajo y no prevén faenar hasta finales de mes o principios de marzo.

"Pescamos sobre todo jurel y boga y algunos barcos consiguieron capturar atún del Atlántico", indica García. Los precios de venta de los productos "de buena calidad" satisfacen a la flota. El jurel de mayor tamaño se vende a entre 18 y 20 euros cada caja de 15 kilos, mientras que el mediano sale a entre siete y diez euros. La boga, también la caja de 15 kilos, se comercializa a entre 4,5 y cinco euros, un precio que suele mantener a lo largo del año. Los compradores, por último, adquirieron el bonito del Atlántico a entre tres y cuatro euros el kilo.

El cabalón o xarda pintada, que no tiene cuota y que el año pasado "salvó" las ventas del cerco debido a la "escasez" de cupos para las otras especies objetivo de este segmento, "es testimonial" y las capturas de este ejercicio "no tienen nada que ver" con las de 2017, aunque García explica que es un recurso que la flota suele empezar a capturar más avanzado el año.

El cerco tiene este ejercicio menos posibilidades de captura para el jurel al sur de Fisterra, un cupo de caballa escaso y la incertidumbre sobre si podrá pescar sardina en aguas ibéricas, ya que Bruselas no respondió al plan de gestión presentado por España Portugal.