La Consellería do Mar ha evidenciado suficientemente que no quiere áreas marinas protegidas en la medida que sería deseable. Y si las quiere, no lo ha demostrado.

Lo mismo se puede decir de la mayoría del sector extractivo gallego, poco favorecedor en sus planteamientos a la existencia de tales áreas, como se pudo comprobar en las de Os Miñarzos (Lira) o la ría de Cedeira. Ya no digamos la respuesta a la simple mención de ampliar tales áreas en la zona de Fisterra. Sin embargo, "existen evidencias de que una AMP (Área Marina Protegida) bien gestionada protege la biodiversidad y mantiene la estabilidad del ecosistema".

Lo entrecomillado forma parte de las conclusiones del Comité Asesor Científico Técnico de ARVI, la mayor asociación pesquera española, al hilo de las opiniones expresadas por tres expertos de prestigio internacional que matizan que "hay que pedir prudencia" a la hora de decidir sobre las AMP.

ARVI elaboró un informe titulado Áreas Marinas Protegidas, una herramienta de gestión y no un fin en sí mismas en el que concluye que éstas deben ser una herramienta más en la gestión de los recursos marinos y no la única alternativa para conseguir una unión y coherencia entre los objetivos perseguidos para la conservación de los océanos y la gestión de las pesquerías y lograr la sostenibilidad de los recursos. "Antes de atribuir estos espacios protegidos, se deben evaluar e investigar sus beneficios y costes, teniendo en cuenta los aspectos biológicos, pero también los económicos y sociales", recoge el informe.

Se declara ARVI partidaria de las AMP, pero si se consideran "las posibles consecuencias negativas sobre las áreas no protegidas, la economía mundial o el empleo, además de la producción mundial de pescado, que se vería gravemente disminuida provocando un fuerte cambio de la dieta de la población".

Existen ciertas diferencias entre las AMP como espacios protegidos en los océanos y aquellas otras existentes o previstas en aguas de Galicia; pero en cualquier caso éstas son la salvaguarda económica y social, además de biológica, para el futuro de un país pesquero como éste, en el que muy pocos dieron un paso adelante pata lograr un compromiso con las AMP.