El año pasado fue atípico para la flota gallega que faena en aguas ibéricas. Los buques de litoral aumentaron sus ventas respecto a 2016 menos de lo esperado y si fueron positivos fue gracias a los datos de la bajura, que volvió a superar los 100 millones en ventas, y del cerco, que disparó sus capturas por la abundante cantidad de cabalón. Así, la flota gallega cerró el año con un negocio de 216,1 millones de euros, un 3% (6,4 toneladas) superior a los 209,7 de un año antes.

Según los datos que maneja la Xunta de Galicia y a los que tuvo acceso este periódico, los barcos que operan en el caladero nacional -dentro de las 200 millas náuticas de la Zona Económica Exclusiva del país- fueron los responsables del 84,3% de las descargas de los buques registrados en Galicia. El año pasado se vendieron un total de 142.231 toneladas, un 23% más que en 2016. El fuerte contraste entre un año y otro -entre 2015 y 2016 solo fue de un 4,5%- es significativo y tiene su explicación en una especie no sujeta a cuota: el cabalón o xarda pintada. Los cerqueros de la comunidad centraron buen parte del año en pescar esta especie, que durante varias semanas desplazó a otras del caladero. Las lonjas de la comunidad llegaron a subastar por este motivo más de 53.800 toneladas del recurso.

La respuesta económica para las abultadas capturas del cerco (73.479 toneladas en total) no fue tan positiva como cabría esperar debido precisamente al bajo precio del cabalón. Los 41,7 millones de euros de este segmento son un 10,6% más respecto a 2016 pese a que sus descargas suponen el 44,5% de las de toda la flota de litoral.

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Los barcos de artes menores, por otro lado, protagonizaron una de las mejores noticias del sector. Las 3.915 embarcaciones censadas en la comunidad aumentaron sus ventas en más de 6,2 millones de euros. Fuentes de la Consellería do Mar destacaron la "evolución positiva" en la facturación de esta flota (un 6,2% más), ya que sus descargas suponen "solo el 11%" del total.

Algo opuesto sucedió en el arrastre. Las 65 unidades gallegas que componen este segmento de flota cerraron el curso con unas ventas un 9% inferiores (47,1 millones), pese a que las descargas aumentaron casi un 7%, hasta 41.626 toneladas.

Una situación parecida vivió también el palangre de fondo. Con un 2% más de pescado a la venta (1.974 toneladas), la facturación se redujo más de un 7% al bajar de los 7,2 millones de 2016 a los 6,7 del pasado curso.

En lo que respecta a los palangreros de superficie, los 52 que hay según datos de la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar, vendieron 1.488 toneladas en las lonjas gallegas (casi un 15% menos) por 4,4 millones de euros (+9,5%).

Las 28 embarcaciones que capturan sus especies a través de enmalle (volanta y rasco) registraron un negocio negativo respecto a 2016, con 8,2 millones (-4%) por 2.381 toneladas (-11,4).

Fuera de aguas ibéricas los datos que maneja la Xunta señalan que las ventas de la flota Gran Sol que operó en las lonjas de la comunidad superaron los 114,7 millones, un 2,3% más pese a que la cantidad de pescado comercializada fue un 6% inferior, 24.671 toneladas.

Más escasos fueron los datos registrados por la flota de aguas internacionales, ya que sus descargas de pesca fresca son ínfimas y no efectúan sus ventas en lonja. Los datos de la Administración gallega recogen 2,7 millones (-6,9%) por poco más de 1000 toneladas (-4,4%).