La corta -de momento- relación entre Ibérica de Congelados (Iberconsa) y el fondo Portobello Capital fue "plenamente exitosa", y fruto de la trayectoria ascendente que experimentó la pesquera gallega "multitud" de compañías se interesaron por ella para comprar el 55% por el que Portobello pagó 30 millones de euros hace poco más de dos años y hacerse de esta forma con la segunda mayor transformadora española de productos del mar. Según confirmaron fuentes de Iberconsa a este periódico, el fondo contrató a la auditora japonesa Nomura y a E&Y a fin de dirigir una desinversión que trascendió este lunes y que revolucionó una industria en proceso de consolidación: "Tanto el accionariado como el management de la empresa valoran el potencial que una operación de esta naturaleza brindaría a Iberconsa para plantearse objetivos aún más ambiciosos, pero solo se avanzará en aquellas alternativas que preserven la integridad del grupo". La empresa que dirige Alberto Freire rechaza un desmembramiento.

Iberconsa asegura de momento que Portobello Capital -que eludió ofrecer su versión a este periódico- no tomó una decisión en firme y, en todo caso, que el encargo a Nomura y E&Y se hizo "para que le ayuden a establecer una evaluación razonada de la compañía y les asesoren en el supuesto de que haya algún comprador". Los interesados empezaron ya a revolotear sobre la pesquera, aunque esperarán a disponer del report para hacer movimientos. Entre ellas el coloso chino Bright Food, propietario de docenas de firmas alimentarias, entre las que está (a través de Shanghai Fisheries) Hijos de Carlos Albo. "Lo veremos, pero de momento no hay nada", resumieron fuentes próximas al holding, que ya habían preguntado hace semanas por Iberconsa y ayer no ocultaron su sorpresa por la "repentina" determinación de Portobello Capital.