Mariscadores de Ferrol y Barallobre urgen a la Consellería do Mar a proceder a la regeneración de la ría ferrolana para recuperar su capacidad productiva, ya que aseguran que no tienen marisco para extraer porque los bancos están "bajo mínimos". Las cofradías de estos municipios de la comarca de Ferrolterra, con el apoyo de varios socios del pósito de Mugardos -"porque el pósito se desentendió"-, enviaron ayer un escrito a la conselleira do Mar, Rosa Quintana, para solicitarle una reunión. El mariscador Jorge López, uno de los promotores de la iniciativa, explicó que el sector espera una respuesta que solucione el problema pero que si ésta no se produce, recurrirá a las movilizaciones.

"Hay casi 400 personas afectadas en las cofradías de Barallobre y Ferrol tanto en el marisqueo a pie como a flote", indicó López, que concretó que para la semana está previsto un encuentro con los alcaldes de Neda, Narón, Mugardos, Ares, Fene y Ferrol para exponerles su situación y solicitarles su apoyo. Los afectados también están pendientes de una reunión con los sindicatos que, según los primeros contactos, parecen secundar su causa.

Este mariscador asegura que hace unos años el sector disponía de alrededor de 1,5 millones de metros cuadrados efectivos para la extracción de almeja que se redujeron a solo 500.000. "Hay gente que casi no gana ni 700 euros libres", lamenta López, que acusa a la Xunta de "intentar ahogar al sector para meter acuicultura y empresas" en la ría, "que actualmente sanea pero que no se depura en dos días". De las 360 familias que vivían solo del banco de As Pías -que pasó de zona C a B a finales de 2017, lo que "no se nota en el tamaño ni en la productividad"- en 2007, quedan 30 embarcaciones. "La almeja babosa es el producto estrella y sus capturas bajaron de 42,42 toneladas en 2016 [calculado de septiembre a septiembre] a 27,6 el año pasado", indica el representante de los mariscadores afectados. La reducción en las capturas provocó un incremento de los precios que "no compensa" la escasez de producto. "Hace dos años teníamos un tope de diez kilos diarios y ahora es de siete, pero recolectamos cuatro o cinco kilos, no completamos el límite", explica López.

Según los datos facilitados por el propio mariscador, las capturas de almeja fina también se redujeron de 3,6 toneladas en 2016 a 576 kilos el año pasado, mientras que las de japónica -situada en zonas diferentes- aumentaron de 4,9 toneladas a 9,46. Según las previsiones del sector, sin embargo, este ejercicio también bajará la cantidad de esta especie apta para la venta.

El estado de la ría empeoró por los vertidos además de por la influencia que tienen especies invasoras, lodos y el hecho de que los mariscadores no pueden rotar de zona para dejarlas descansar. "Necesitamos ayudas para las cofradías para quitar el mejillón y las estrellas. Lo que pedimos es una limpieza total para poder arar y sembrar sin ir por zonas para recuperar las que están muertas", indicó López, que asegura que si hubiese marisco "se podrían dar más permex y la gente podría trabajar en los bancos".