Redacción.A CoruñaEl presidente de Argentina, Néstor Kirchner, envió a trescientos policías para custodiar el parque empresarial de Puerto Deseado, después de que marineros en huelga atacaran las plantas pesqueras, entre ellas cuatro gallegas, causando importantes pérdidas económicas. En estos momentos, reina una calma tensa en Puerto Deseado, a 2.900 kilómetros de Buenos Aires. Tras los incendios y destrozos en las fábricas, los trabajadores han aceptado una tregua hasta el miércoles y que el gobernador de Santa Cruz medie en el conflicto. Los armadores también se han mostrado dispuestos al diálogo.El desacuerdo entre marineros y patronos en uno de los puertos pesqueros más importantes del país ha obligado a intervenir al propio Gobierno argentino, al estar implicadas empresas de otros países, entre ellas las gallegas Vieira, Santa Cruz, Pescargen y Argenova, que es filial de Pescanova. El Ministerio de Asuntos Exteriores español, al tener constancia de los graves destrozos que sufrieron estas empresas nacionales, exigió responsabilidades y la embajada de España en Buenos Aires hizo pública una nota reclamando soluciones. En respuesta, desde la Casa Rosada se condenó "el inadmisible nivel de violencia" de los huelguistas, que durante la tarde del viernes, madrugada del sábado hora española, prendieron fuego a las factorías con cócteles molotov y destrozaron el mobiliario de las oficinas y vehículos. En total, nueve plantas, entre ellas las cuatro gallegas, sufrieron destrozos.Incluso el sábado por la tarde el presidente argentino, Néstor Kirchner, se reunió en su residencia oficial de Los Olivos con sus colaboradores para abordar el problema. Una de las decisiones que adoptó el Gobierno para frenar el conflicto fue el envío de policías para vigilar las plantas pesqueras y que de este modo se eviten, al menos, nuevos ataques. Las fuerzas de seguridad custodiarán el parque empresarial "el tiempo que sea necesario", tal y como anunciaba el ministro de Interior, Aníbal Fernández, en una emisora argentina. El Ejecutivo de Kirchner "sigue de cerca" el conflicto, después de que también la Xunta saliera en defensa de los intereses de las empresas gallegas. El diario Clarín, el más importante de Argentina, se hacía ayer eco de las gestiones de Emilio Pérez Touriño y de su preocupación por las pérdidas de las empresas de Vigo. Un piquete de trabajadores continúa concentrado en el parque empresarial de Puerto Deseado, pero al menos ya han permitido la entrada a la policía.Las factorías incendiadas podrían tardar tres meses en volver a funcionarLa reparación de las plantas incendiadas podría demorarse hasta tres meses, advertían ayer portavoces de los armadores de Puerto Deseado, que aseguraban que las pérdida serán "multimillonarias", pues a los daños materiales habrá que sumar la paralización de las fábricas durante el tiempo de las obras y añadirle la inactividad obligada durante las semanas de huelga, y ya van más de veinte días de paro. Los armadores cifran los perjuicios económicos en millones de euros. Sin embargo, ayer los representantes de los marineros minimizaban los daños y recordaban que las empresas tienen sus respectivos seguros. "Que no se hagan las víctimas", decía un huelguista. "Los desperfectos principales son en oficinas y las plantas de producción están bien", declaraba el líder de la revuelta, Daniel Medina, que insistía que sólo hubo un incendio en un depósito con pinturas. Fuentes patronales divergen y sostienen que hay ocho plantas de procesado de pescado muy dañadas por el fuego.