Protegidos con trajes, cascos y mascarillas y con el apoyo de una unidad móvil descontaminadora, un grupo de trabajadores de una empresa contratada por el Ministerio de Medio Ambiente retira desde hace una semana las uralitas de las viviendas situadas al borde de la carretera Nacional VI en San Pedro de Nós ante el peligro de contaminación por amianto, un elemento altamente cancerígeno.

Canalugo, la empresa que realiza esta actividad, comenzó las labores de descontaminación a la altura de piensos Biona y seguirá en las próximas semanas en sentido ascendente hasta Mesón da Auga. Esta operación forma parte de los trabajos previos a las obras de ampliación de la N-VI.

A la altura de cada vivienda aparcan el vehículo y delimitan el perímetro con cinta en la que se advierte del peligro en castellano y en inglés: "Danger asbesto". También instalan un cartel con más avisos: "Atención, riesgo de amianto, sólo personal autorizado, uso obligatorio de máscara, prohibido fumar, prohibido comer y beber".

La mejora de esta carretera implica el derribo de un total de 72 viviendas, todas ellas ya expropiadas y pagadas por el ministerio a sus propietarios y también desalojadas hace meses.

Son casas antiguas y muchas de ellas con el tejado de placas onduladas de fibrocemento, más conocidas como uralitas, que en su composición incluyen fibras de amianto, también denominado asbesto. Su uso está prohibido en España desde 2002 y es considerado residuo peligroso.

Las uralitas fueron muy utilizadas para casas y galpones porque el amianto es un material barato, resistente al fuego y a la corrosión y con alta capacidad aislante térmica y acústica, por lo que tuvo múltiples aplicaciones en la industria y tecnología (incluso en los frenos del coche y los secadores de pelo).

"El peligro es si las manipulas, si las rompes, porque sueltan un polvillo, las fibras de amianto, que son invisibles, pero si las inhalas se clavan en los pulmones. Por eso hay que retirarlas antes de derribar las casas, porque al tirarlas se rompen las uralitas y se desprenden las fibras", explicó uno de los trabajadores.

Como las viviendas expropiadas para ampliar la N-VI hace meses que están desalojadas algunos han aprovechado para expoliarlas y al parecer se llevan incluso las uralitas sin saber el peligro que supone. "Nos robaron hace poco dos sacas de uralitas", señaló un operario.

Estos operarios tienen que retirar entera cada plancha de uralita, desclavarla del tejado y apilarla para luego meterla en sacos que después serán recogidos por un camión que los transportará a un vertedero (hay tres en Galicia) donde serán enterradas a gran profundidad.

Estos trabajadores tienen que llevar todo el tiempo el traje, los guantes y una mascarilla que resulta realmente asfixiante con sólo diez minutos con ella puesta. Al terminar la jornada laboral tienen que entrar en el vehículo especial donde un aspirador les retira cualquier fibra de sus trajes.

Las fibras van a unos filtros transparentes donde se puede ver cuándo están llenos, y una empresa viene cada dos días a cambiarlos. Tras pasar por esta "zona sucia" existe una segunda cabina en el vehículo donde está la ducha y unas sacas donde meten los trajes que también serán eliminados. Después abren una tercera puerta y entran en otro departamento, el vestuario. Es una unidad de descontaminación y limpieza.

Trabajadores de la empresa API Movilidad, a los que el Ministerio de Fomento ha adjudicado los trabajos de duplicación de la calzada y ordenación de los accesos de la N-VI en este tramo de un kilómetro en San Pedro de Nós, vigilan la ejecución de estos trabajos y que los peatones no traspasen el perímetro de seguridad delimitado por una cinta amarilla. Las obras de ampliación de la vía comenzaron este mes. Aunque no son tan visibles como la demolición de viviendas con las excavadoras, los trabajos previos a la propia obra de ampliación de la calzada son muy importantes.

API ya hizo las mediciones y ha cortado árboles en las márgenes afectadas por la duplicación de la calzada y después de la retirada de estas uralitas ya se podrá comenzar el derribo de las 72 casas.

Las obras de ampliación de la N-VI desde piensos Biona hasta O Carballo incluye la construcción de dos carriles más junto con varias glorietas. En algunos tramos se enterrará la vía. El Gobierno expropió por el interés público de esta obra para mejorar la seguridad vial y porque la actual la N-VI, registra en este tramo un tráfico diario de unos 100.000 vehículos.