"Horrorosa". Así describe la directora del Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Couceiro Freijomil, Natalia Ucha, la situación que se vive en las últimas semanas en este centro escolar de Pontedeume por culpa de las inundaciones y de los incendios.

El patio de las aulas correspondientes a Educación Infantil, con más de cien alumnos, no tiene las medidas reglamentarias; tampoco se ha instalado el suelo de caucho obligatorio y los columpios están, desde hace meses, almacenados a la espera de que el Concello los coloque, tal y cómo anunció que haría a principios de curso, según recuerda Cristina Ucha. Por estas razones los pequeños se ven obligados a pasar el tiempo de recreo en un pasillo. Pero las lluvias de los últimos días han provocado la inundación de la zona.

Durante la jornada de ayer se inundó el pasillo, el gimnasio y el Centro de Formación del Profesorado, "que se caerá antes de estrenarlo", advierte Ucha. Pese a ello, ayer no se suspendieron las clases. Además, la biblioteca del centro, que se anegó la pasada semana, permanece cerrada desde entonces.

Según explica la presidenta de la Asociación de Nais e Pais (ANPA), Cristina Pérez Pedrós, el agua entra en el colegio por el tejado y brota por las paredes. "Antes entraba por los inodoros y por los registros de las duchas", recuerda, en referencia a las inundaciones sufridas durante los primeros meses del curso pasado, que suscitaron las protestas de padres, alumnos y equipo directivo hasta conseguir una solución.

A esta situación se suman los incendios sufridos hace tres semanas. Cristina Ucha explica que a finales del mes pasado ardieron varios aparatos eléctricos como ordenadores, fotocopiadoras o radiocasetes a raíz de un problema de tensión complicado de detectar. "Impartíamos las clases con la luz apagada por miedo a que algo se pusiera a arder", denuncia la representante del Couceiro Freijomil.

El equipo directivo asegura estar harto de los múltiples problemas que acarrea el centro desde su recepción, en septiembre de 2009. "Se nos está haciendo muy cuesta arriba", se queja la directora, que denuncia que a la hora de exigir responsabilidades "Xunta, constructora y Concello se pasan la pelota".

Advierte además que la empresa Brues y Fernández SA, encargada de la construcción del centro con un presupuesto cercano a los tres millones de euros, está inmersa en un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). "Ahora la Xunta no tiene a quién reclamar", lamenta, harta de tener que hacer frente cada día a problemas que "no nos dejan desarrollar de forma óptima nuestro trabajo".

Cansada de informar a los organismos competentes de las múltiples deficiencias que presenta el centro, la directiva explica que son pocos y no muy eficaces los intentos por solucionarlas. "Esta mañana (por ayer) vino un técnico de la Xunta para tomar las medidas del techo del pasillo de las ocho aulas de Infantil con el objetivo de instalar una plancha metálica", cuenta la directora, que desconfía de que esta medida sea una solución ante el problema de permeabilidad de la zona.

La concejal del Partido Socialista (PSOE) María del Carmen Cascallar acusa al Gobierno local de obviar esta situación pese a los ruegos y preguntas presentadas por los socialistas en los últimos plenos de la Corporación eumesa.