Una niña Jesús, la Virgen María, San José, los Reyes Magos, angelitos anunciadores, artesanos, la mula y el buey. Todos ellos protagonizaron la primera jornada de la tercera edición del Belén viviente que celebra el Concello de As Pontes para festejar las fiestas navideñas.

Docenas de ponteses se convierten en estrellas por un día para lo que se atavían con los ropajes propios de la época y dan vida al nacimiento de Jesús en unos estudiados escenarios que trasladan a los visitantes a XXI siglos atrás en la ciudad de Belén, si bien se encuentran en el patio del colegio de Santa María.

A lo largo de tres horas cientos de personas recorrieron las distintas escenas donde los labradores cuidaban de su ganado y sus tierras; las hilanderas tejían la ropa; las lecheras repartían la leche y los panaderos cocían el pan. Incluso las aguas del río Eume estaban representadas por un pequeño riachuelo que atravesaba esta escenificación del Belén, ya que la organización reprodujo distintos rincones del municipio. Afiladores, canteros, castañeros, alfareros y mercaderes de todo tipo completaron el elenco.

Entre lo que más llamó la atención, destacar el niño Jesús en el pesebre, una pequeña de la localidad que encarnó su papel a la perfección a no ser por el anacrónico chupete. Y como en toda fiesta gallega que se precie hubo un hueco para la gastronomía. Una vez visitado el Belén, era posible acudir a los diferentes puestos atendidos por los representantes de las entidades vecinales de As Pontes en las que, a un precio de tres euros, se podían degustar una ración de empanada, tripas, jamón cocido, manitas de cerdo o mantecados con queso y miel de la comarca. Para las personas que se hayan perdido este evento así como para los que quieran repetir, el próximo día 5 se escenificará de nuevo este Belén viviente.