Tras aguardar durante años una solución que no llega, los residentes en la urbanización Montegolf, en A Zapateira, han decidido elevar sus protestas al juez. La asociación de vecinos de este complejo residencial ha denunciado al Concello ante el juzgado de lo Contencioso-administrativo número 1 de A Coruña por desestimar un escrito que le remitieron el pasado julio de 2010.

En su misiva, el colectivo reclamaba al Ayuntamiento que reparase las deficiencias que arrastra la urbanización desde hace diez años, le instaba a realizar periódicamente los trabajos de mantenimiento correspondientes y a reembolsarles los gastos que efectuaron en tareas de mantenimiento y conservación que no le correspondían.

El recurso llega dos años después de que el Gobierno local, a petición del BNG, se comprometiese a convocar una comisión informativa de Urbanismo para consensuar medidas para dar una "solución urgente" a las deficiencias que arrastra este ámbito residencial.

Las carencias, dicen, son numerosas. Los residentes apelan al progresivo deterioro de las zonas comunes, la falta de mantenimiento de los espacios verdes y los equipamientos deportivos, y el mal funcionamiento de la red de saneamiento -que discurre por debajo de las viviendas- o del alumbrado público.

La situación del complejo residencial es de sobra conocida por el Ejecutivo local. Ya desde la pasada legislatura las carencias de Montegolf ocuparon horas de debates plenarios y de reuniones que se saldaron sin ningún acuerdo.

El primer escollo fue la situación urbanística del complejo residencial promovido por Riofisa. La promotora y el anterior alcalde, Manuel Pose (PP) se enzarzaron en un largo y estéril debate sobre la titularidad de la urbanización. La constructora sostenía que el Ayuntamiento había recepcionado el ámbito por silencio administrativo. El Concello lo negaba. Los actuales gobernantes (PSOE-TeGa) tampoco despejaron las interrogantes sobre este asunto. Fue el BNG el que despejó definitivamente las dudas sobre la titularidad del ámbito en 2008, al mostrar unos informes técnicos que demostraban que el Concello había recepcionado la urbanización el 5 de diciembre de 2005.

Otro obstáculo que demoró la solución a Montegolf fue la frustrada propuesta del Concello de crear un ente de conservación. El ex alcalde sostenía que era un paso imprescindible para que el Concello pudiese hacerse cargo del mantenimiento de las zonas comunes. Pero la Xunta denegó en 2007 la inscripción del ente de conservación en el Registro de Entidades Urbanísticas Colaboradoras al considerar que no se podía obligar a los propietarios a pertenecer a la misma.

El Ayuntamiento recurrió en los juzgados esta denegación. Para agilizar los trámites, el BNG reclamó en 2008 que se retirase este recurso y se asumiese los costes de mantenimiento. El Gobierno local se comprometió a estudiar la propuesta. Todavía no hay una respuesta.