Aseguran que en las escrituras de sus viviendas se les reconocía el derecho al uso y disfrute de las instalaciones deportivas de Montegolf. Han transcurrido casi ocho años desde entonces y los residentes en esta urbanización de A Zapateira denuncian que todavía no han podido pegarse su primer chapuzón en las piscinas ni echar una pachanga en las canchas de baloncesto y de pádel del complejo recreativo.

Siguen pagando de su bolsillo el mantenimiento de jardines y viales, a pesar de que no se trata de servicios exclusivos. Y, a falta de mobiliario urbano, recurren a sillas y bancos domésticos "para reunirse allá donde dé un poco el sol". Lo de los columpios ya es otra cosa. De momento, les toca resignarse y llevar a los niños a algún parque de Arteixo. "En coche, claro", matizan. Y es que a Montegolf tampoco llega el transporte público, que finaliza a un kilómetro de sus casas, en la urbanización coruñesa de O Carón. Al igual que las aceras.

La situación del complejo residencial de Montegolf sigue envuelto en incógnitas. La pesadilla de los residentes comenzó el mismo día en que firmaron la escritura. Desde entonces se sucedieron los informes urbanísticos, las promesas municipales y los recursos contenciosos. Todo en vano. A día de hoy, ni la promotora ni el Concello aportan una solución para solventar el progresivo deterioro de la urbanización que se anunció como una de las más exclusivas de Arteixo. Todo indica que la respuesta la dará la Justicia.

. Recurso contra el Concello. La asociación de vecinos de Montegolf ha interpuesto un recurso contencioso administrativo contra el Ayuntamiento por el mal estado de la urbanización y por negarse a reembolsarles los costes del mantenimiento de las zonas comunes.

"Yo estoy de acuerdo con lo que piden", aseguró ayer la alcaldesa, Pilar Souto, que admite que "no es justo" que los residentes asuman los costes del mantenimiento de zonas públicas. "Hemos aprobado ya una partida para realizar los trabajos, pero está en fase de contratación", explicó. La regidora respalda las protestas vecinales por la infrautilización de la zona deportiva. "Estamos pensando en rescindir el contrato con la promotora por incumplimiento", anunció.

Se trata de una opción "a analizar" en el intrincado mundo de Montegolf. "Hay temas jurídicos muy complejos que tenemos que resolver, pero mi intención es zanjar esto cuanto antes", asegura.

. Una promesa en tela de juicio. El recurso de los vecinos constituye el segundo proceso judicial en Montegolf, El primero acaba de resolverse. El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia ha desestimado la solución que el Concello propuso en 2005 y que vendió como el fin definitivo de los problemas de Montegolf. El Alto Tribunal ha denegado la inscripción de la urbanización Montegolf en el registro de Entidades Urbanísticas Colaboradoras.

Tras la construcción de las viviendas Riofisa y el Concello acordaron crear una entidad de conservación por la que la promotora se haría cargo del mantenimiento de las zonas comunes. Cuando se vendieron las casas, estas obligaciones fueron trasmitidas en escritura pública a los propietarios.

El anterior alcalde, Manuel Pose (PP) les propuso entonces cambiar los estatutos una vez inscrita la entidad para que fuese el Concello el que corriese con los gastos. La propuesta obtuvo el visto bueno de los propietarios, pero no de la Xunta. El Ayuntamiento recurrió la desestimación en los juzgados sin resultado. El TSXG se opuso a sus pretensiones al considerar que la constitución voluntaria sólo está contemplada para los sectores terciario e industrial. Los jueces advierten además de la improcedencia de obligar a los dueños a conservar y mantener las obras de urbanización y tacha de "desafortunados", "breves", "confusos" y "contradictorios" los argumentos del anterior Ejecutivo local.

. Defectos en las viviendas. Las protestas de los residentes en Montegolf se remontan a 2004. Al poco de establecerse los primeros vecinos, surgieron las primeras quejas por las deficiencias en las viviendas. Aseguraron que las casas presentaban grietas, humedades, golpes y que los materiales utilizados eran de mala calidad. Sus quejas fueron confirmadas por el arquitecto Jesús Alonso de Lafuente que elaboró un informe de 28 páginas en las que detallaba los desperfectos de las casas. La asociación de vecinos amenazó ya entonces con denunciar a la promotora, Riofisa, y al Concello por incumplimiento del Plan Parcial Zapateira I previsto en la zona. Sostenían que se habían eliminado entre 86 y 92 metros cuadrados de terreno en varias parcelas, que la red de alcantarillado pasaba por debajo de algunas viviendas, y que la urbanización carecía de las zonas verdes y deportivas que aparecían en el proyecto.

Con los comicios electorales a la vuelta de la esquina, los vecinos temen que sus antiguas demandas y reivindicaciones se conviertan en un eslogan más de campaña. Piden soluciones y las infraestructuras que se les prometieron cuando firmaron las escrituras. "No creemos que eso sea un lujo", sostienen.