En un paseo por el río Mero es habitual divisar caballos pastando en sus inmediaciones. Residentes en la zona denuncian que un buen número de ellos están anclados al terreno sin que sus propietarios se molesten en alimentarlos o saciar su sed.

Vecinos del lugar de Peiraio, en Cambre, aseguran que tienen constancia de la muerte de, por lo menos, cinco ejemplares por deshidratación. Temen que corran el mismo destino ahora dos caballos amarrados en la zona. Uno de ellos lleva allí alrededor de un mes y el deterioro de su estado por la desnutrición resulta evidente.

Ya se han puesto en contacto con agentes forestales de Medio Rural, el Concello y una asociación protectora de animales. Nadie les ha ofrecido una solución. "Se pasan la pelota unos a otros y los caballos se están muriendo", censuran. En el Concello de Cambre sostienen que a la Policía Local no le constaba ninguna denuncia al respecto. En la tarde de ayer, una patrulla se desplazó hasta el lugar y comprobó los hechos. Esperan poder tomar hoy una decisión sobre las medidas a adoptar, consensuada con el servicio de agentes forestales de la Xunta.

Pero el caso no es único ni nuevo. Los vecinos sospechan que todos estos animales pertenecen a un mismo vecino de Crendes (Abegondo) que, en la actualidad, se encuentra en prisión. Cuentan que, para que no fueran embargados, encargó a su familia liberar los animales por varias fincas, lo que se ha traducido en numerosas denuncias y ha ocasionado más de un problema.

Cuatro equinos fueron trasladados a otra finca de Peiraio, colindante con una vivienda. A finales del mes de marzo, uno de ellos, al caerse en una cuneta e incapaz de levantarse por la proximidad de un cable y un poste de la luz, alcanzó con sus coces un turismo, al que causó destrozos por valor de 800 euros. El caballo, en malas condiciones físicas, permaneció días en la finca sin ni tan siquiera levantarse. Los vecinos alertaron a la Policía Local y acudió también al lugar un retén de Protección Civil. El Concello tuvo que solicitar autorización al juzgado para poder acceder a la finca. No había nada que hacer y un veterinario sacrificó al animal. La esposa del encarcelado reconoció la propiedad del animal y ha sido denunciada por un delito contra la protección de la fauna, la flora y los animales domésticos.

También se le atribuye a esta familia la propiedad del caballo que hace un mes provocó un accidente de tráfico en la parroquia brigantina de Guiliade.

Los vecinos exigen a las autoridades competentes que tomen cartas en el asunto para acabar con este caso de maltrato animal, que es vox populi en el entorno de la presa de Cecebre.