Después de meses de robos Noemí se arma de valor, arrastrada por la rabia y la impotencia. Sale de su local y se dirige hacia los ladrones haciendo ruido y gritando, de forma directa y contundente hasta que logra que huyan. Ella, que también ha sido atracada, tiene la misma hartura e impotencia que otros propietarios de A Coruña. Como Óscar, al que le reventaron la máquina tragaperras de su cafetería tres veces en solo dos meses. Sin embargo, este último atraco no resultó como esperaban. En la precipitada huida perdieron la máquina de apuestas deportivas robada y se quedaron sin el botín.