Todavía nos resuenan los ecos del monólogo que Julián López ofreció durante la gala de los Premios Feroz, esos que conceden los informadores y críticos cinematográficos. Hemos de reconocerle el acierto al guion, escrito entre otros por Diego San José. Pero atención a algunas de las bravatas que debieron soportar estoicamente todos los nominados desde sus mesas. "Tenemos al equipo de Verano 1993, lo único aburrido que nos ha dado Cataluña últimamente. No contentos con que esta gala no la vea nadie, este año han querido dar un paso más y solamente han nominado a películas que no ha visto ni Dios. Todo ello votado por blogueros a los que no lee nadie. La película con más nominaciones de la noche es El autor, ocho nominaciones, una por cada espectador que pagó por ver la película".

¿Quién da más? La gala fue emitida por el canal #0, y teniendo en cuenta que no figuraba entre los veinte programas más vistos del día entre las televisiones de pago (el vigésimo puesto contó con 50.000 espectadores), está claro que su audiencia fue escasa. Pero no se trata tanto de cifras como de relevancia. En cinco años, la gala de los Feroz se ha convertido en un referente para la profesión. Incluir en el palmarés a las series de ficción ha sido un acierto. Y sí se respira ese ambiente expectante de por dónde saldrá el anfitrión, hasta dónde llegará su incorrección política.

Nada que ver con los Premios Forqué, tan de otra época. Ni con los Goya, cuyos anfitriones, Joaquín Reyes y Ernesto Sevilla, explicaron en rueda de prensa que su humor es surrealista, chanante, y que si sale a colación alguna referencia política a la actualidad será por pura carambola.