Fred Vergnoux es el entrenador de Mireia Belmonte. Suele decir Fred que en España se duerme poco y mal, parafraseando la estrofa de Miguel Ríos en su Blues del autobús. Mireia es la primera medallista española en los Juegos de Río 2016 con un bronce en 400 estilos, La catalana quiere "olvidar" el metal logrado en su estreno en la cita olímpica para encarar con determinación las pruebas que quedan en su calendario: 400 libre, 200 estilos, 200 mariposa, 4x200 y 800 libre.

Satisfecha por la conquista de su tercera presea en unos Juegos Olímpicos (en Londres 2012 consiguió dos medallas de plata), la catalana aguarda la disputa de la segunda jornada de competición en el Estadio Acuático de Río de Janeiro. "Este es un campeonato muy largo. Son muchos días de competición, nado muchas pruebas así que hay que ir día a día. En unos Juegos Olímpicos tienes que olvidar lo que has hecho el día anterior, ya sea malo o bueno", advirtió en rueda de prensa, donde compareció con algo de retraso y envuelta en la chaqueta de la húngara Katinka Hosszu, dominadora de los 400 estilos con nuevo récord del mundo.

Incómoda por chorro de aire frío que caía a su espalda, la nadadora de Badalona, de 25 años, celebró su "buen comienzo de campeonato". "El último cien fue la clave. Sé que acabo bien y veía asequible ir a por la británica Hannah Miley", analizó antes de cerrar su comparecencia ante la prensa.

Fred Vergnoux entiende que no hay más nadadores del perfil de Mireia porque para alcanzar ese nivel hay que estar dispuesto a un sacrificio y una exigencia para la que el panorama nacional no está preparado.

La gran mayoría se queda en el camino. No pueden rozar el umbral de Mireia. Vergnoux aprieta duro las ocho horas al día que Mireia pasa en el agua. Pero tan importante es ese derroche físico como el entrenamiento invisible. El descanso es clave en el libro de ruta de un entrenador francés, que en su día llegó al CN Sabadell para diseñar una carrera deportiva admirable. Su talento debía ser correspondido por un salario acorde con su mercado. Así que fue contratado por la Federación de Natación con el impulso del Consejo Superior de Deportes. Era necesaria la sociedad Vergnoux-Mireia. Mireia sin Vergnoux es como bailar sin música.

"La clave del éxito está en el descanso y en la recuperación. El factor más importante del entrenamiento es el descanso. No puedes mejorar tu fuerza ni la velocidad en el agua si no descansas". Lo cuenta Vergnoux en el libro A por más medallas, de la Agencia EFE. E insiste Fred en que tan importante es la relajación como una brazada.

Vergnoux sabe que España, como país del sur europeo, es una nación con cultura nocturna. El español come y se acuesta tarde. Su reloj es distinto al del norte de Europa y para estar al nivel de los grandes de verdad hay que cambiar hábitos. La vida de Mireia comienza todas las mañanas a las 06.15 horas.

En el método Vergnoux se entrena hasta el descanso. Y por supuesto, el factor psicológico. Ahí, en ese escenario, Mireia disfruta. Aprendió a liberarse de la presión. Y ahora, es una campeona con personalidad y determinación. Cuando Belmonte aparece en la cámara de salida con sus auriculares escuchando música, en ese momento, ya ha comenzado la competición. Aislada, concentrada. Ella muestra ya un comportamiento de autoridad. Se sienta al lado de sus rivales, buscando su hueco en el escaño, y manda un mensaje de aquí estoy yo, arrinconando y comiendo la moral de su adversaria directa.

Mireia ha ganado en estrategia y en afán de superación. Fred Vergonoux entiende que una nadadora de éxito necesita diez años compitiendo al máximo nivel internacional. Ella se encentra en plena madurez. De cría, le diagnosticaron alergia al cloro. Ahora, la piscina es su casa. Sus padres, su gente, más allá de los records siempre cuentan que lo más destacable es ver a su hija, saliendo de la piscina con una sonrisa. En Río, seguramente lo podrán comprobar de nuevo.

La madre de la nadadora, Paqui García, dijo tras disfrutar la medalla de bronce de su hija, que desde pequeña siempre le inculcó "arrojo y fuerza en su vida".

"Es una emoción y un orgullo ver a Mireia ganar de nuevo, pero sobre todo el arrojo y su fuerza para hacerlo posible, algo que siempre he intentado inculcarle desde pequeña", indicó Paqui García, quien se encuentra en Río de Janeiro como embajadora de la campaña Gracias mamá.