Recuperar el trono perdido en la Liga y volver a ser un referente son los objetivos prioritarios para un Real Madrid que no ha invertido tanto dinero este verano en comparación con otros. Sin embargo, Florentino Pérez, su presidente, puede dar la sorpresa en las últimas semanas. Tiene de plazo hasta el último día del presente mes. El conjunto blanco ha vivido desenganchado del título de Liga en los tiempos pasados y no muy lejanos. Solo ha conquistado una de las ocho disputadas. Un mal balance, compensado sin duda por los éxitos en la Liga de Campeones, con dos finales ganadas en tres años. El equilibrio parece complicado en un club que tiene en la presión uno de sus peores adversarios.

Cristiano Ronaldo, Álvaro Morata y Zinedine Zidane acaparan los focos en el inicio del curso futbolístico. El primero de ellos, que regresa después de proclamarse de forma sorprendente campeón de Europa con Portugal, volverá a ser el punto de referencia. El Real Madrid ha demostrado que puede ganar títulos sin él, como la reciente Supercopa de Europa, pero también que es un referente en su función de ataque y motivación en el vestuario. Es un líder y el entrenador lo sabe. Lo cuida y en los últimos meses le ha concedido algunos privilegios.

Morata salió del Real Madrid al no encontrar cariño ni oportunidades. Un joven de la cantera que llegaba al primer equipo, algo poco habitual en los últimos tiempos, se marchó a Italia para crecer. Y lo hizo de forma rápida, constante y con criterio. Su buen juego y los goles le abrieron de nuevo las puertas del Santiago Bernabéu. Florentino Pérez tuvo que realizar un esfuerzo para recuperarlo. Sobre todo después de que el delantero protagonizara algunos momentos brillantes en la pasada Eurocopa. El dirigente no dudó en atender la petición también del entrenador.

Y el técnico es el otro elemento clave para entender al actual Real Madrid. Cogió el equipo después de la destitución de Rafa Benítez y lo llevó a la final de la Liga de Campeones. La undécima Copa de Europa ya está en sus vitrinas. Fue de nuevo ante el Atlético de Madrid. También consiguió reconducir las aguas revueltas de un vestuario complicado y estuvo a punto de ganar la Liga.

El proyecto del Madrid es poderoso por muchos aspectos. Su potencial está fuera de toda duda. La Liga es algo siempre prioritario, pero el club blanco aspira a conquistar todos los títulos en juego en la actual temporada. Un enorme desafío para un grupo valorado en miles de millones de euros. Zidane sabe que tiene un reto complicado, pero su cuadro de futbolistas permite ofrecer soluciones por todas partes.

Benzema parece recuperado de los problemas de la pasada temporada, que incluso le provocaron mucho desgaste. Sergio Ramos se ha convertido en el principal referente en la defensa y curiosamente en el ataque. Sus goles son decisivos, tal como demostró en la consecución de varios títulos. Pepe ha mejorado su rendimiento y no parece el futbolista agresivo de antaño, aunque todavía conserva parte de esa esencia.

Bale, cuyas lesiones parecen constantes, ha encontrado en la selección de su país una solución a sus problemas. Inicia la temporada en un gran momento de forma. Y Keylor Navas, que el pasado verano estuvo a punto de marcharse a Inglaterra, se ha ganado la titularidad en la portería.

A ellos se deben unir Kroos y Modric. No puede decir Zidane que carezca de jugadores talentosos en el centro del campo. Esa es una de sus pincipales referencias. Apuesta, como no podía ser de otro modo, por construir juego, algo que sus predecesores en el cargo no acabaron de entender.

Sin Arbeloa, al que no se le renovó el contrato, con la recuperación de Fabio Coentrao y sin decidir el futuro de James, el Madrid afronta la Liga como la enésima reválida. Sin duda estará en la lucha por el título, pero queda por saber si llegará a tiempo de celebrarlo en la última jornada.

Mantener la regularidad y no perder puntos ante los rivales más débiles son algunas de las prioridades para el Madrid. También quedan como estímulo extraordinario los duelos con el Barcelona. Siempre son históricos, aunque la tensión entre los dos equipos se ha rebajado tras la marcha de Jose Mourinho. El Bernabéu o el Camp Nou pueden dictar la sentencia del campeonato. Y Zidane sabe que cualquier error le converitrá en el blanco de las críticas.