- Hablando de sosiego: dice avecilla que los que lo notan, y mucho, son bastantes diputadas/os incluidos/as en las listas de descartes. Se había dado cuenta ya de casos de los/as que requirieron a sus lugares laborales de origen los datos para el posible retorno; bien, pues ahora avisaron -hasta por teléfono- de que no serían necesarios al menos hasta marzo. Y más felices aún están quienes habían solicitado ser incluidos de nuevo en el Inem. Uf.

- En los pasillos de la Cámara, donde onte se notaba un alivio casi general y la presencia -nutrida- de señorías, han comenzado en serio las quinielas sobre las bajas en los Grupos respectivos. Y hay coincidencia en que habrá más novedades por la derecha que por la izquierda, mientras que entre los nacionatas sólo se espera retoques, aunque sin mayores daños o efectos colaterales. Jó.

- Eso sí: en esas apuestas se detectan algunos datos curiosos. Verbigratia que mientras en la hueste del Benegá la estructura será la misma o casi, en el Pepé pueden variar bastante más algunos equilibrios, sobre todo los relativos a los mandos intermedios. Y es posible incluso que en la Portavocía, donde Alberto intentará lo que le falló al marcharse Equiseme: enRojecer al Grupo. ¿No?

- Por el bando del Pesoe cambiará menos gente -o eso decían antes de la movida de la fecha electoral, ojo- pero de más jerarquía en el escalafón. La renovasao afectaría a quienes ya sabéis, aunque en ningún caso quedarán a la intemperie o mal atendidos, quiá. Si el Bipartito recunca, y sus planes se cumplen, habrá más sitios donde situar a los desclasificados electorales. ¿Capisci?