El titular de la Xunta de Galicia ha recibido la última semana, el zarpazo de los diarios nacionales de referencia del Partido Popular, han puesto de relieve el despilfarro económico que significa la construcción de la Ciudad de la Cultura y la imposibilidad de su sostenimiento. Bajo el epígrafe "los top 100" del derroche autonómico El Mundo en sus páginas sepias (19/12/2010) detalla: el diseñador Peter Eisenman cobró 14 millones de euros y el presupuesto inicial de las obras 133 millones, lleva consumidos más del doble de recursos. Sólo el mantenimiento anual del complejo costará 48 millones de euros. ABC (18/12/2010) tras aludir a la "ciudad de la locura", califica el proyecto económicamente ineficiente y político-culturalmente desenfocado, por pretender ofrecer una imagen de Galicia dónde España está "ajena" como sucedió en los acontecimientos del Año Santo. El diario llama la atención de que se construya con piedra traída de Brasil y en detrimento del famoso granito gallego. El Mundo y ABC vienen a confirmar cuanto hemos venido reiterando desde este espacio, pero sus comentarios tienen la relevancia de exponer al resto de la opinión pública española, este ejemplo de sangría económica en época de crisis. Núñez Feijóo decía que el proyecto de la Ciudad de La Cultura era el equivalente del siglo XXI a la Catedral de Santiago. Que el Apóstol y Sánchez Salorio le conserven la vista. Es una obra innecesaria, en una urbe monumental de tan alto valor y significado que, además no ha sido sumada en el paisaje porque resulta difícil concebir algo superior de la arquitectura circundante. Es una obra, repetimos que no suscita entusiasmos en Galicia, tan sensible a la creación verdadera. Núñez Feijóo, que predica personalmente la austeridad carece políticamente de audacia para dar el golletazo a este derroche, endosándole a los bolsillos gallegos la carga desmedida de tan abultado dispendio económico. Vaciar el Monte Gaias para enterrar millones de euros, en tiempos tan duros, constituye uno de los mayores despropósitos en la aplicación del gasto. Nuestra gente que sabe valorar los números no acepta las ocurrencias voluntaristas. Pásele el testigo al pretencioso alcalde compostelano, y que cada palo aguante la vela de sus caprichos.

El área metropolitana como lo es el Consorcio, puede ser una fuente de conflictos, si la Xunta no consigue la preeminencia coruñesa. Dejar a Carballo en zona muerta, como se pretende momentáneamente, sería un grave error. Se trata de un municipio tradicionalmente vinculado a La Coruña y sería desnaturalizar la vocación herculina de sus habitantes.