Un alto cargo de la administración autonómica me decía esta semana pasada en una conversación discreta que si él fuese personal eventual de la administración, es decir, interino o sustituto, en listas de funcionarios, profesores, personal laboral, estaría ya buscando trabajo.

Mañana los profesores se pondrán en huelga en Galicia, en Madrid y seguirán oyéndose los alaridos que llamarán a su busca y captura para quemarlos en la plaza pública por egoístas ¡mira que tendrán motivos para ponerse en huelga esa panda de vagos y maleantes! Es una decisión dura, es una apuesta importante, porque es cierto que se empeoran las condiciones laborales del profesorado, pero también es cierto que ese deterioro no es alarmante salvo para los que se quedan sin trabajo.

Es mucho más cierto que sufrirán las consecuencias los usuarios del sistema y conviene que sepan hacia quién dirigir sus iras, que identifiquen a los Vázquez, Feijóo, Valcárcel, Aguirre...como los desmanteladores del sistema, son los políticos que firman las últimas decisiones.

Es cierto que todos hacemos sacrificios en los momentos de recesión, los parados, más; pero no podemos dejarnos embaucar con la mentira de que los profesores protestan porque les hacen trabajar demasiadas horas, lo cierto es que lo hacen por supresión de prestaciones, por el deterioro del servicio que trae consigo el recorte de efectivos que deja sin tiempo para tareas tan importantes como la de educar a 25 o 30 alumnos por aula durante cinco horas al día, lo cual tampoco es moco de pavo y el que quiera echarle valor, que lo intente.

Por culpa de ese recorte se han de dejar de hacer tratamientos individualizados, habrá menos tiempo para tutorías de padres y alumnos, programas de dinamización, actividades extraescolares.

Mañana es un día decisivo, varios gobiernos regionales tienen la guerra de cifras de huelguistas servida, pero viene precedida de manifestaciones masivas y los seguidores de Aguirre parece que han decidido ya que compensa captar el voto de ciudadanos obcecados, no el de profesores calumniados. Es una decisión difícil y sobre todo con poca marcha atrás y un corolario clarísimo potenciado por los populares: ciudadanos déjense de pamplinas, la educación de la gente de bien siempre ha estado en manos de la iglesia y ahí es donde estamos volviendo (vean el caso escandaloso de Pereiro de Aguiar), por lo tanto nada de templar gaitas, colaboren a cerrar los públicos, déjenlos vacíos para la beneficencia y pongan a chicos con chicos y chicas con chicas, pero sobre todo que cada uno se mezcle con los de su clase, social por supuesto; el que quiera ascenso social que pase por el aro.

¿No les resulta extraño que asistamos a un final de legislatura tan digno, tan señorial, tan flemático, repleto de pactos y sonrisas?

¿No les sorprende que se haya llegado a romper el pacto constitucional y sustituirlo por otro pacto bipartito con nocturnidad?

¿No hubiese sido más fácil haber alcanzado en su momento el pacto educativo, el sanitario, el de la energía, el de la reforma laboral...que hubiesen hecho más suave el camino de la crisis?

A los aspirantes nunca les interesó, desconocemos su programa, pero lo preocupante es que lo sospechamos.