Más de uno se quedará dormido en alguna de las morosas secuencias de Somewhere, la última película de Sofía Coppola, al igual que le sucede a su protagonista masculino (al inicio de un acto de sexo oral, sin ir más lejos). Pero eso, más que porque la película sea cansina en sí, se debe a que el espectador está tan habituado ante la pantalla a sufrir violencias, flashes sincopados, alambicadas historias, sangre, efectos especiales y bombardeo sónico que en cuanto un filme le baja la dosis nota que se le agolpa toda la tensión acumulada y se queda dormido, como cuando va uno al peluquero después de un día estresante. Debemos agradecerle a Sofía que, primero en Lost in translation y ahora en Somewhere, nos ofrezca el bello tedio de la vida en estado puro, y en este caso lo remate con una desnatada y seductora versión de Humo en tus ojos, para el despertar final con los títulos de crédito.