No todo en estos días iba a ser fuego en Orense, sangre y muerte en Libia, Siria y el Kurdistán, zarza en ayete con fantoches pasados de moda, algunos de ellos con turbios, muy turbios antecedentes, y ambiguo comunicado etarra sobre supuesto final de lo que cínicamente llaman confrontación armada. Si lo que hacían los encapuchados chapelícefalos era una confrontación armada, también podría denominarse así a las actividades desarrolladas por Jack el Destripador, Eichman Idin Amin, hasta ahora catalogados como asesino, genocida y caníbal, respectivamente. Por fortuna, entre tanta desgracia surge alguna buena noticia, como es la del parto de Madame Sarkozy, que ha tenido una hermosa niña si se parece a la madre y una niña a secas si se parece a su padre.

Carla Bruni después de un embarazo que ella misma denominó de "elefante", pues le parecía que no se acababa nunca, ha dado a luz el miércoles último una criatura (al parecer se llamará Giulia y no Dalia como habían adelantado algunos medios) que es el segundo de sus hijos pues ya tuvo otro por libre hace 10 años. La niña, primer bebé presidencial de la V República, es para Sarkozy el cuarto vástago, pues ya tenía dos varones de su primer matrimonio y otro del segundo.

No está mal cuatro hijos y tres madres, cosa que no es de extrañar teniendo en cuenta la hiperactividad del presidente francés.

El nacimiento ha fortalecido la moral de don Nicolás, que estaba por los suelos después de que los sondeos le dieran el 60% de la intención de voto a su rival Hollande, recientemente proclamado candidato al Elíseo en la segunda vuelta de las primarias socialistas.

Carla Bruni prometió en su día participar en la campaña electoral de su marido para las presidenciales, pero en determinados círculos se duda que lo haga pues es muy celosa de su intimidad familiar. Sin embargo la fotografía de la mujer de un presidente amamantando a su criatura puede reportar muchos votos, aunque las domingas de Madame Sarkozy sean harto conocidas.