La apertura durante la última semana del año de los primeros kilómetros de la tercera ronda en el suelo urbano coruñés, en el tramo, de financiación autonómica, comprendido desde Os Rosales hasta la carretera de los Baños de Arteixo, a la altura de Ikea, supondrá un alivio parcial aunque importante a la insoportable congestión que padece el tráfico en los accesos a la ciudad. La nueva vía será sobre todo una alternativa a una atascada ronda de Outeiro en la circulación hacia grandes superficies comerciales como Marineda City, así como a los polígonos industriales de A Grela y Sabón y a la zona residencial de Arteixo. Sin duda resulta un gran avance para un problema que todas las encuestas realizadas en los últimos años han diagnosticado como prioritario para los coruñeses, tan solo superado por el desempleo. Las entidades vecinales y empresariales de A Coruña han saludado como muy positiva para el tráfico la apertura de este primer tramo urbano de la tercera ronda, pero advierten de que no cambiará sustancialmente la situación de colapso circulatorio, especialmente en los accesos por una saturada avenida de Alfonso Molina, hasta que no se concluya el trazado completo de este cinturón.

El proyecto de la tercera ronda de A Coruña, planteado en 2000 por el Ayuntamiento y la Xunta y presentado en 2003, cuando el actual presidente gallego, Núñez Feijóo, era conselleiro de Política Territorial, se ha convertido en una obra interminable a causa de los continuos desencuentros entre las administraciones local, autonómica y estatal, lo que ha provocado retrasos en las obras desde su gestación hace más de una década.

El inicio de las obras se aplazó hasta 2006, con el bipartito en la Xunta, y en 2007 se suscribió el acuerdo para ejecutar el tramo desde Penamoa a la avenida de Finisterre. Apenas unos meses después el Ayuntamiento de A Coruña anunciaba un retraso de un año en la conclusión del cinturón circulatorio, cuyo primer tramo de competencia estatal, desde A Zapateira a la A-6, fue adjudicado en el verano de ese año pero hubo que esperar cuatro años, hasta el pasado mes de abril, para abrirlo al tráfico. El trayecto de Lonzas hasta A Zapateira, también de competencia del Gobierno central, se estancó en 2008 por el retraso en la resolución del desmantelamiento del poblado chabolista de Penamoa. El Ministerio de Fomento comenzó en 2009 la construcción del enlace de Lonzas, cuya finalización estaba prevista para 2010, pero aún está pendiente. El retraso en el trayecto autonómico entre Os Rosales y Baños de Arteixo, que se inaugurará en los próximos días, obligó a la Xunta a instalar en junio de 2010 una rotonda provisional frente a Ikea para permitir la apertura del centro comercial.

Tras la inauguración de este nuevo tramo, la finalización de la tercera ronda quedará a expensas del recorrido pendiente aún de ejecución por Fomento. La fecha de culminación, estimada para 2013, parece sin embargo amenazada por el retraso que llevan las obras de titularidad estatal, ya que durante este pasado verano apenas se registró actividad, lo que fue calificado por el alcalde de A Coruña, Carlos Negreira, como un año perdido.

Los empresarios de A Coruña urgen un compromiso del nuevo Gobierno para finalizar el tramo pendiente de ejecución justamente a mitad del trazado, entre Lonzas y A Zapateira, que enlazaría el principio y el final de la ronda ya construidos y permitiría conectar la ciudad con la A-6 y el aeropuerto de Alvedro. Estiman que la apertura este fin de año de tres kilómetros claves es ilusionante, pero no suficiente.

El conselleiro de Infraestruturas, Agustín Hernández, y el alcalde de A Coruña, Carlos Negreira, afirmaron esta semana durante una visita a las obras de la tercera ronda que esperan que el Ejecutivo de Rajoy priorice esta inversión en los próximos presupuestos para garantizar la apertura del cinturón coruñés en 2013. Esta confianza en la buena voluntad del nuevo Gobierno ha sido matizada por empresarios y entidades vecinales coruñesas, quienes consideran que las tres administraciones implicadas, local, autonómica y estatal, ahora del mismo color político, deben garantizar ya un compromiso que impulse la culminación de la vía. La tercera ronda es algo más que una asignatura coruñesa pendiente durante más de una década para liberar una circulación estrangulada. El alcalde coruñés ha depositado púbicamente además en la nueva vía de acceso sus esperanzas de creación de empleo y riqueza en A Coruña. En unos momentos en los que el propio presidente de la Xunta alerta del estado crítico de la economía y el empleo gallegos, que confía en remontar a partir de finales de 2012, resulta obvia la necesidad de un compromiso claro que garantice una infraestructura vital para desatascar el corazón de la economía gallega.