Gracias a la prensa, y no a pesar de la prensa como dicen los sátrapas y todos los que preferirían ocultar sus acciones, hemos logrado saber los que estamos fuera del corrillo municipal que el ayuntamiento de Coristanco (La Coruña) ha recibido (LA OPINIÓN, 20 de julio) una colleja, cuando la Xunta ha informado de que no está justificado el plan de viviendas que ha presentado. Es más, tira por los suelos la pretensión de embarcarse durante los próximos 16 años en un ambicioso plan de construir 3,755 nuevas viviendas -a razón de 234 por año- en un municipio cuya población sufre un descenso continuado, se calcula que cayó un 31% en los últimos años, y en el que solo se levantaron 17 nuevos pisos en el último ejercicio. No he oído la otra parte, porque seguro que hay interesados que respaldan el plan presentado, pero las cifras que se proporcionan hablan por sí solas. Hay, según mi pobre entender, algo que no encaja: menos habitantes y, sin embargo, más viviendas. Eso no cuadra, y me tranquiliza saber que hay alguien que supervisa esos planes, y les recomienda rehabilitar viviendas más que construir nuevas. Vamos, que si les dejan solitos, la lían.