Vasili lo haría, sin duda, para afinar la puntería y no desperdiciar balas, pero yo por simple tacañería escatimaba los cartuchos cuando a mis 11 años me compraron una escopeta de 9 m/m puesta a nombre de mi hermano Miguel porque a mi edad no podía tener licencia, pero los cartuchos los pagaba yo, y en 1951 cada uno costaba 1 peseta, así que salía con ellos contados. No me importa confesarlo, porque ni por asomo intento compararme con Vasili Záitsev, el afamado francotirador ruso de Stalingrado cuyas memorias acaban de publicarse en España. "Usa cada bala a conciencia, Vasili", le decía de niño su padre cuando cazaban lobos en los Urales. Según leo, en una recensión del libro, Vasili llegó a matar a cuatro o cinco alemanes cada día, con preferencia a oficiales y a francotiradores enemigos, y nada más disparar cambiaba de posición pues cada tiro le delataba. Es decir, que iba a tiro hecho, como se dice vulgarmente, contra objetivos importantes. Me viene a la cabeza que de los temas punteros que aparecen en las encuestas mensuales deberíamos ir derechamente contra los más importantes, sin desperdiciar munición en bagatelas o cortinas de humo por mucho que aparezcan en determinados medios.