Hemos visto, con una mezcla de incredulidad y estupor, al señor Junqueras emocionado, casi llorando, cual infante mimado al que le han quitado su juguete o no le conceden su capricho, por la traición sufrida por el señor Mas, de lo que le había prometido sobre la consulta del 9-N. ¡Qué esperaba! Según el citado personaje, lo importante es el qué, la independencia, no el cómo. Pidió elecciones anticipadas con la idea de proclamar la independencia en pocos meses.

¿Cuántos días u horas durará esta vez, si es que se lleva a cabo? El señor Junqueras, historiador, quiere imitar al señor Companys y se olvida de cómo acabó, aunque en este caso nadie le va a fusilar, al menos en el sentido de quitarle la vida, son otros tiempos. En el pasado no hubo ni una vez que no acabase la declaración unilateral de independencia de Cataluña como el rosario de la aurora y cada vez esa supuesta independencia duró menos. La última, unas doce horas.

Tiene la ilusión de que en pocos meses, después de unas elecciones "plebiscitarias" (¿?) (da por hecho que van a ganar), se proclame, unilateralmente, la independencia de Cataluña. Así sin más, porque yo lo valgo.

Él y sus adeptos suponen que el resto de los españoles no tienen nada que decir, que el Estado hará lo que ellos digan.... Piensan que, independiente, Cataluña sería el paraíso terrenal y además todo seguirá igual, pero harán lo que quieran, sin depender del Estado español. ¡Ah!, eso sí, con el dinero de los demás españoles y de la UE, al que nunca le oímos hacer ascos. ¡Qué bien!

Un Estado democrático, legítimo, integrado en la UE y en muchas organizaciones internacionales más, no va a ceder, ni hacer caso de una pandilla de políticos chantajistas, porque sólo se trata de sacar más dinero y nada más, sino pataleta.

No puede tener más privilegios una mínima parte del territorio, respecto al resto de los ciudadanos. No se puede consentir que una pandilla de idealistas tengan en jaque al resto del país. Tienen a Cataluña a la deriva, sin rumbo fijo: paro, bancarrota, ... y quieren la independencia, con el dinero ¿de quién?, ¿de España?, ¿de Europa? Actúan como si fuesen sordos, ciegos, pero no están mudos. Sería mejor que lo fuesen, para decir las tonterías que dicen, callados mejor.

El 9-N tendrán una "consulta" sin censo, sin garantías legales. Los catalanes podrán ir de un lugar a otro y votar las veces que crean necesarias, total quién lo controla. Seguro que el señor Mas y sus correligionarios dirán que ganaron a favor de la independencia con el 150% a favor, ¡ahí queda eso!, y se quedarán tan anchos. Con esos resultados ganarán las próximas elecciones "plebiscitarias" (¿?). ¡Qué ganas de hacer el ridículo, no sólo ante España, sino ante el resto del mundo!

¿Cuándo recuperarán la cordura y la normalidad? Vértigo e intranquilidad tendríamos si eso ocurriese en nuestra comunidad autónoma. Porque el caso no es para dejar de preocuparse con políticos tan mediocres. Son los talentos de la política catalana, cansinos, siempre con la misma matraca, como si no tuviesen otros problemas. ¿Y el pueblo qué, paga y pagará los platos rotos? Próximas elecciones, "patada en el epílogo de la espalda". No les va a salir gratis, tiempo al tiempo.