Podemos se atribuye el triunfo en las elecciones gallegas sin haberse presentado, ni haber confrontado sus ideas y proyectos con el resto de formaciones. Refugiado en las mareas, y en otras agrupaciones como Compostela Aberta, forjadoras del éxito popular, porque, pese a su improvisación, consiguieron encanijar a los partidos tradicionales. En suma, han sabido conectar con el numeroso personal descontento. Ciudadanos, escondido en la bisectriz de su coartada para no quemarse, ha tenido en Galicia presencia testimonial en las urnas. Su arrogancia y desconocimiento del escenario recibieron la cura de humildad lógica cuando se abusa con énfasis de la pedagogía. No demostró aspiraciones de gobierno: vino a dar lecciones de cómo debe hacerse. Compostela Aberta llega a Santiago, desde Teo, con ese tinte rural, envuelto en un halo de romanticismo, a lo Walter Scott, y recupera para Santiago la Galicia bucólica desparramada en los extramuros compostelanos. Martiño Noriega, su líder, ha conformado un equipo de trabajo mediante una leva universitaria. Compostela Aberta, con su triunfo, ha sido un aguijón en la ambición de Feijóo, cuyo descalabro regional no concuerda con el éxito de sus intrigas en la Villa y Corte. El apoyo que el titular de la Xunta prestó al improvisado tercer alcalde de Santiago avivó el agravio de otros regidores, incluso entre sus conmilitones. A la ciudad compostelana, que parece volver por sus fueros provincianos, le ha llegado la hora de hacer un examen sobre sí misma, y no dejarse cegar por las luces acaparadoras de la exclusividad, para salir de su marasmo capitalino. El BNG, por su parte, sigue en caída libre. Ha de cambiar las pancartas y sus fiestas callejeras. Son imágenes que pueden fascinar pero no dan razones.

Otrosidigo

Compostela Aberta y la Marea Atlántica son movimientos políticos nacidos en el seno de las universidades de Santiago y de La Coruña. Sus integrantes poseen buena formación académica, les sobra entusiasmo y les falta experiencia, experiencia, repetimos, a la que habrán de aplicarse sin sectarismos. Que no hagan realidad el viejo adagio gallego: "Xente xoven e leña verde, todo é fume".