A media distancia de la cortesía que suele otorgarse a los gobiernos primerizos, el municipal de La Coruña necesita todavía asentarse, adquirir cultura urbana e imbuirse del pasado histórico que, epidérmicamente, no parece apreciar. La política local se deriva de las convicciones del alcalde, aplicable, sin renunciar al juego democrático de la oposición. No debe haber humillación ni deshonra en reconocer su tarea y, en el caso de la Marea Atlántica, en poner fin a las suspicacias de que la izquierda goza de la tolerancia especial, y de vivir sobre la nomenclatura ideologizada del partido. En cuanto al alcalde, en términos generales, recordar que un politicio es más político, más eficaz, si existe entendimiento con el adversario sin necesidad de resignarse a normas éticas. Si por el contrario, se prima la ideología, estaremos ante un caso de oftalmía, lo que Rof Carballo definió como el "complejo de Tirasias" -el que solo ve una cosa queda ciego para las demás-. La política, entendida como servicio a la sociedad, ha de realizarse con la firmeza del sentido común. Por eso nos llama la atención la amnesia municipal en asuntos tan importantes como el de afianzar, e incluso incrementar, las rutas aéreas desde Alvedro y, sobre todo, en aclarar el emblemático caso Someso u operación Relámpago -los cuales citamos hace un mes como un test para Marea- cuya sangría económica llega directa al bolsillo del ciudadano. Sería lamentable que tan llamativos casos sufriesen un carpetazo sin haber agotado las vías del Derecho, señalando a sus responsables y, lo que es peor, que se confirme la especie que circula en ámbitos municipales socialistas, "que ha condicionado el apoyo, cohesivo y glutinoso, del partido para llevar a la Alcaldía a la Marea". Hasta la fecha no hemos tenido justificación ni respuesta.

Otrosidigo

Los crepúsculos musicales coruñeses se localizan esta vez en los barrios a los que llega el Noroeste Pop Rock y sus bandas locales. No debieran faltar las barcarolas gallegas que propician los nobles sentimientos. Frente al Atlántico, La Coruña siente la huella del mar, que es la huella de la libertad. Es bueno que la música acuda a domicilio. Todo menos llevar el ruido a la puerta de los templos.