Cada vez que hay mudanza en los gobiernos municipales, los nuevos inquilinos cumplen el protocolo exculpatorio habitual: señalar como responsable al elenco anterior, datos que por su naturaleza suelen diluirse en sí mismos. En la última legislatura, al llegar al poder, el Partido Popular cifró la "herencia" dejada por el bipartito en 170 millones de euros, suma en la que se incluían facturas pendientes de pago, como las obras del mercado de Elviña y el recinto ferial. Bien reciente, la Marea Atlántica ha denunciado el saldo negativo heredado de los populares, en una muestra evidente de su bisoñez, audacia y escaso oído para el diálogo. La "oclusión administrativa" a la Autoridad Portuaria dejará pronto de ser un asunto artificioso, superado por la necesidad de entendimiento entre Puerto y Ayuntamiento. Urge que el alcalde designe a los dos representantes municipales en la Autoridad Portuaria, y evitar que acudan por mero trámite como a una alojería de sustanciosas remuneraciones. Hay que huir de la política de vuelo raso que, tras dos meses de gestión, debieran ofrecerse atisbos de un modelo de ciudad que no aparecen. El problema de los mercados de Santa Lucía y San Agustín denota improvisación y el abandono de Turismo Municipal, sin responsable técnico, refleja escaso interés por uno de nuestros recursos más estimados. La especial atención que dedican a la Concejalía de Participación e Igualdad indica la obsesiva politización de los mareantes. Los presupuestos municipales que suelen producir escaramuzas fueron frenados por defectos de forma en primera instancia. El alcalde, posteriormente, se reunió por separado con BNG Y PSOE, descartando al PP, partido que goza de la mayor adhesión ciudadana. Un tic autoritario que hace mella en el estado de opinión, esa especie dionisíaca que lo mismo crea que destruye. Hablar de economía no es plato de buen gusto para los populistas. Vistos los ejemplos conocidos mundo adelante es, cuando menos, un pecado que requiere piadosa penitencia.

Otrosidigo

A la izquierda local, la Orquesta Sinfónica de Galicia le parece elitista. El asunto que viene de lejos tuvo su eclosión en el bipartito, cuya conselleira de Cultura y la concejal del ramo en La Coruña preferían el aturuxo o excursiones a una feria del libro en La Habana, de la que apenas sí hubo noticias. Bajo la titularidad de la Orquesta Sinfónica, funcionan en nuestra ciudad las orquestas Jove e Infantil, una Coral polifónica y los Niños Cantores. Ahora el Ayuntamiento les resta 550.000 euros a su sostenimiento con la promesa de que le serán reintegrados más adelante. No poseemos, todavía, testimonios que permitan albergar la fiabilidad del compromiso.