Noramala Señor Don Quijote? sepa vuesa merced lo que acontece en Barcelona desde que mi señor primero y luego García Marquez, Vargas Llosa, Julio Cortázar y tantos otros grandes hombres de letras anduvieron por allí y que paso a relatar, y dígame si entra en su privilegiado magín si menos de la mitad de los manchegos pudieran proclamar por aquí, con el 40% de los votos, la independencia de Castilla La Mancha violando flagrantemente la ley fundamental, como algunos pretenden en Cataluña. En el mío desde luego no. Sepa mi señor que por mor de algún malhadado gobernante de la Nación que fue a darle de comer al lobo Porciento y nos adentró en este laberinto, estamos donde nos hallamos. Y que ahora unos cuantos hombres de izquierdas y de derechas, muy diversos entre sí, extraña y repentinamente reunidos Dios sabe por cuanto tiempo y que se hacen llamar "Juntos por si" olvidando el "acaso" que suele seguir en estos casos, azuzando a la población y violentando la Constitución se han puesto a pedir cotufas en el golfo. Efectuada la votación, el gigante Pandafilando de la fosca vista, Palmerín de "Lienchestin" Carlos el Calvo y Wifredo el Velloso, han obtenido sin embargo muchos menos votos y escaños que cuando iban por caminos separados. La crisis ecónomica en la que han pescado todos los separatistas está llenando la política de covachuelistas que buscan un sustento al amparo de la misma ley que violan. Paradoja electoral. Y donde mi señor desentrañaba pedreñales llenos de bandoleros hoy, gente que no ha trabajado en su vida, que no ha cotizado ocupan instituciones y deciden gobiernos. Gente como yo, Sancho, sin preparación alguna, pero profundamente ideologizados y sin el sentido común que me permitió gobernar con unánime beneplácito la Ínsula Barataria, Y así, la antipatía que produce tamañas y tan continuadas manifestaciones continuadas de desdén y desafecto hacia el resto de España están llenando los supermercados de gente que estudia las etiquetas y desecha el avecrem, sustituye el colacao y los productos Nutrexpa, el cava catalán por otro de cualquier, y el fuet de casa Tarradellas por el jamón de Jabugo.

Y así vienen a tener razón aquellos añorados políticos de la transición cuando decían que la política tenía mucho que ver con la cesta de la compra. Mientras el resto de España revisa las etiquetas de los productos de quienes tanto les han afrentado y vilipendiado, algunos en Cataluña siguen pidiendo cotufas en el golfo.