Más inaplazable que llevar agua del Tajo hasta el Segura es incentivar de una vez por todas el trasvase de miles de empleados estatales y autonómicos desde la Administración hasta el sector privado, promover la reconversión urgente de funcionarios en emprendedores y autónomos de los que ha hablado la deportista paralímpica española Teresa Perales, que no puede ponerse en pie pero se ha propuesto poner en pie al resto del país con su lema "piensa, sueña, cree, y atrévete", biblia de los emprendedores. Todo ello para la supervivencia del estado de bienestar, la eficiencia de la economía y el pago de las pensiones. Con sus éxodos de millones de personas en veranos y puentes varios este país es desde fuera incomprensible y, desde dentro, difícil de sostener. Con tantos recursos humanos desaprovechados y extraordinarios funcionarios matando moscas con el rabo para no desesperar, con esa falta de escalonamiento vacacional, de eficiencia administrativa y laboral, unido al lastre de los okupas políticos, es difícil que el país remonte. La cantidad de gente que vive de los presupuestos generales del estado y de las comunidades autónomas es inasumible. Si los mercados o la Merkel no nos ponen firmes, la partitocracia se hace el longuis. Una administración proporcionada contribuiría a la generación de riqueza y valor añadido pero aquí cada secta que llega mete a los suyos y los ciudadanos acaban fritos a impuestos sin ver reflejados, como pasa en el norte, los servicios. Ese sobredimensionamiento de la política que convierte diaria e interesadamente a los políticos en estrellas de los medios, cuando en otros países apenas los conocen, es seguramente una de las causas del salto cualitativo pendiente de aproximación del sur al norte. Teresa Perales, nadadora paralímpica española, con su sonrisa perpetua, recuerda el camino "piensa, sueña, cree, y atrévete".