En la primera intervención española al frente de la presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, se hizo una cerrada defensa para que el español fuese una de las lenguas oficiales de dicho organismo. Casi al mismo tiempo, la comunidad científica mundial estableció el inglés como lengua vehicular en el campo de la ciencia. Galicia, por iniciativa de Núñez Feijóo, se adelantó al consignar que, desde la infancia, se estudiase el castellano o español, el gallego y el inglés. Los detractores del plurilingüismo, desde entonces, no han cejado de hacernos creer que impartir tales conocimientos era un arma de los enemigos de Galicia. No rechazan la inclusión del gallego; pretenden que solo se estudie en gallego. La Real Academia Gallega, que comparte el deseo exclusivista, tras recurrir a todos los tribunales, acaba de recibir el definitivo rechazo del Constitucional. Tampoco la "inmersión" lingüística es partidaria del plurilingüismo. Es una muestra más de que (la "inmersión") adoctrina y es una de las causas que separa a uno de otros. La "normalización", por su parte, ha devenido, mayormente, en la utilización ideológica del vernáculo. La ficción y la utopía nacionalista, a la que tratan de incorporarse las mareas podemitas, se mueven en el silogismo de definir a nuestra lengua como lengua única y de inventarse una "nación". De no reconducirse, pueden quedar como tanagras en el mapa político regional. Castelao, en Sempre en Galiza, especie de biblia de independentismo, escribió en 1943: "En política dejamos de llamarnos nacionalistas porque no pretendemos convertir Galicia en un Estado independiente, y de antemano, hacemos uso de la autodeterminación, que a toda nacionalidad le corresponde, para ofrecer, de nuestros derechos, todo cuanto sea necesario a favor de la unión de los españoles" (sic).

Otrosidigo

Cada vez se hace más necesario establecer el nuevo mapa autonómico en los idiomas gallego y español, tarea que corresponde a la RAG y a los historiadores. He aquí algunos ejemplos de difícil reconversión: Meaño, Villameá, Mesía, Cacheiras, Boimorto, Melón, Avión, Barbadás, Riotorto, Carnota, Coirós, Guísamo, Carcacía, Matela, Herves, Parderrubias, Lousame, Cariño, Lirón, Chantada, Carantoña, Larouco, etc. En defensa de nuestra prestigiosa industria chacinera, solicitamos que la RAG encarezca a la Real Academia Española de la Lengua que se despoje, al vocablo "chorizo", de cualquier significación delictiva.