Por diferentes razones estos días pasados, para estar algo informado de lo que me rodeaba, presté bastante atención a la radio y un poco a la televisión. No sé si se habrán enterado ustedes, por si acaso se lo cuento.

Ya sé que muchos estarán pensando en la trifulca montada en Cataluña entre patriotas de todos los colores y pendones, entre ladrones adscritos a diferentes banderías, en fin, nada que no se pueda solucionar después del 20 de diciembre -con el talonario- mejor o peor, dependiendo de lo que digan las urnas en toda España y en Cataluña en particular; por cierto y para acabar con este tema, no conozco la razón por la cuál honorables de burguesía catalana se presentan a las elecciones para ocupar escaños en Madrid, ya nos lo explicarán, o no.

Pero no era mi intención hablar de esto, que ya les cansa, sino de otro par de detalles. Uno de ellos se refiere a un jugador de fútbol, no recuerdo el equipo, que en el fragor de la batalla parece ser que utilizó una expresión malsonante de origen argentino, quedaba la duda de si se dirigía a un árbitro o era un simple desahogo personal; el caso es que honras de madres y hermanas quedaron en entredicho, no sé la razón, supongo que el supuesto infamador no las conoce de nada y poco podría opinar al respecto; pero el país se dividió casualmente en dos bandos apoyando cada uno su honor mancillado.

Es que estos temas de honor, sobre todo cuando estamos en tiempo de representar el Tenorio, hay que cogerlos (perdón no hay nada que coger), hay que tomarlos con pinzas. Ejemplo también de lo honorables que nos creemos es el actor Willy Toledo, llevado por sus ansias de salir en los medios, publicó en alguna red social ciertos comentarios algo escatológicos sobre sus necesidades de defecar en algunas instituciones, imágenes, entelequias varias; la cosa no tendría que haber pasado de ahí, pero siempre hay un roto para un descosido; el honor patrio no podría quedar sin venganza, de suerte que un viejo conocido de los alrededores del 23-F, el ya retirado general Monzón, no tiene mejor idea que retar a duelo con pistola al provocador. Todo un penoso sainete emulando las rivalidades entre don Juan y don Luis Mejía.

Pero de lo que sí seguro se han enterado es de la bronca entre dos motoristas, al parecer uno italiano y otro del país; cuando competían en una carrera a velocidades de vértigo, el del país sale despedido, parece ser que por culpa de una patada del extranjero, que lo considera no más que un gaje del oficio sin mayor transcendencia. Supercámaras, grabaciones por satélite, físicos especialistas en medir nanodistancias? no se escuchaba otro debate sobre las intenciones y malas artes de ambos contendientes. Servidor no va ni con el toro ni con el torero, pero ya está bien, ¿no será hora ya de preocuparnos de algo?