The Wall Street Journal y Financial Times resaltaban que las encuestas finales apuntaban a una victoria del partido del actual presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pero sin mayoría absoluta. A Rajoy se le considera un mandatario poco popular que, pese a todo, puede tener opciones de mantenerse en la Moncloa. De producirse, también indicaría que (a pesar de la emergencia de nuevas fuerzas populistas) una mayoría significativa de españoles aún creería en el "viejo orden europeo".

A pocos días de finalizar la campaña, el semanario The Economist publicaba un texto donde pedía el voto de manera explícita a los Ciudadanos liderados por Albert Rivera. Además, fomentaba que se lograra un entendimiento entre dicha formación y el PP de Mariano Rajoy, de cara a los posteriores pactos de Gobierno. Cree que el partido de Rivera puede hacer más que los populares para poner en práctica las reformas imprescindibles para el país.

Clases de Periodismo destacaba que, una semana antes de los comicios electorales españoles, los responsables de Twitter en España apuntaban que un tercio de los usuarios de dicha red no había decidido su voto. Además, también señalaba que un 80% de los usuarios activos empleaba Twitter para informarse sobre la campaña. Se podía concluir que, por primera vez en la España democrática, las redes tenían un papel clave de cara al resultado electoral.

Puro Marketing reseñaba un estudio de la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación, donde se llegaba a la conclusión de que el consumo simultáneo de TV e internet es cada vez más habitual: hasta un 53% de la población accede a la red mientras ve la televisión. Además, tres cuartas partes de los encuestados consideraban a las redes sociales como el espacio más adecuado para comentar los programas televisivos.