Les supongo enterados de la última revolución en materia de igualdad de género, donde cada día el estupor ciudadano aumenta como una espiral sin fin al ritmo del tamaño de la estupidez del momento. Sin embargo, he de reconocer que esta vez no me esperaba tal desatino, pero sí. Ha ocurrido. Sin rubor. Sin miedo al ridículo. Con dos? Perdón, se me iba a escapar un atentado machista a la igualdad.

Resulta que en los distritos madrileños de San Blas-Canillejas y Puente de Vallecas, una Reina va a sustituir a alguno de los Reyes Magos. Durante el pleno municipal, la concejala Marta Gómez, de Ahora Madrid, explicó que la comisión que prepara la cabalgata en la zona ha decidido, sin su intervención y por votación, que o bien Melchor o bien Gaspar sea sustituido este año por una Reina. Según parece, Gómez considera que no supone ningún problema, aunque admite que no sabe cómo se lo tomarán los niños y que se trata de una medida adoptada por un distrito muy reivindicativo en el que las asociaciones trabajan mucho el tema de género.

Pues si no sabe cómo se lo van a tomar los niños ya se lo digo yo. Van a flipar por colores. Y Papá y Mamá (o el progenitor A y el progenitor B, según sea el caso), van a sudar para explicarles a los infantes el asunto. Porque los niños (y las niñas) pueden ser muchas cosas, pero tontos (o tontas), no es una de ellas. Y para los críos (y las crías) los Reyes Magos siempre han sido hombres, venidos de Oriente, montados en camellos y llegados para adorar al Niño Jesús, trayéndole además oro, incienso y mirra (aunque nunca tuvieran muy claro que era eso de la mirra).

Pues ahora resulta que no. Pero me surgen algunas preguntas. ¿Por qué el Rey a sustituir no es Baltasar? ¿Acaso no lo adivinan? Pues porque es negro, y si lo sustituyen a él puede parecer que los igualitarios gestores (y gestoras) del Ayto. de Madrid no son respetuosos con las minorías étnicas (eso sí, los mayoritarios católicos les importan un carajo). Pero ya metidos en faena, me extraña que no hayan avanzado un poco más y? A ver, está el tema de los camellos. Yo propongo un camello, un elefante y un avestruz, y así propendemos a establecer en nuestro país una verdadera alianza de civilizaciones para que los niños occidentales,africanos e indios se sientan bien representados. ¡Ah! Y propongo que la Reina Maga monte el elefante (mejor aún elefanta), para que no parezca que ella va situada en un plano inferior a los Magos varones.

Tampoco debemos olvidar el tema de los pajes (y de las pajas, supongo). Llevan más de dos mil años haciéndoles el trabajo sucio a los monarcas orientales, seguramente a cambio de un salario miserable, sin actualizar según el Iprem, probablemente sin estar afiliados la Seguridad Social y sin tarjeta sanitaria. Todo eso hay que arreglarlo. Y ya está bien de que sean trabajadores fijos discontinuos. A partir de ahora, con un contrato fijo indefinido. Y así, fuera del período navideño serán los encargados de dirigir a los niños recogiendo colillas en esas campañas que en su día quiso patrocinar la Excma. Sra. Alcaldesa de Madrid y también coordinando a las cooperativas de madres (no así de padres) para limpiar los colegios e institutos de la capital.

Pero aún quedan temas a considerar: ¿un niño Jesús? ¿Por qué no una niña Jesusa? Ya está bien de machismo celestial. Lo dijo claramente el jefe de filas de Carmena, D. Pablo Iglesias (aunque tomando prestada la cita a D. Karl Marx): "El cielo no se toma por consenso, sino por asalto". De modo que aquí ni siquiera habría que votar. Se asalta a la brava y ¡zas!, Jesucrista al poder.

Llegados a este punto, algún miembro de los círculos, después de darle alguna vuelta más al tema llegará -imagino- a la siguiente conclusión. ¿Para qué queremos Reyes (o Reinas) Magos (o Magas) si al fin y al cabo, Juego de tronos aparte, los circulantes de Podemos somos más bien republicanos? Pues ya saben, en el siguiente solsticio de invierno busquemos unos figurantes (y figurantas) para hacer de presidentes (y presidentas) de la República (de España, de Cataluña y de Venezuela) y tendremos una cabalgata insuperable. Feliz Navidad.