Un fielato, dices? Sí, aquellas casetas a la salida de las estaciones del tren y autobuses donde vigilaban -eran los años del hambre y de las cartillas de racionamiento- que no entrasen productos alimenticios a la ciudad sin pagar unas tasas. Todos los alimentos estaban intervenidos. Existía, no obstante, un mercado negro y el estraperlo era práctica corriente. Hay ahora bastante gente que nada sabe de esas privaciones, pero las hubo en España durante años y muchos las conservamos en la memoria. Afortunadamente ya no se dan esas necesidades entre la población de forma tan intensa ni extensa como antaño, pero aún hoy día existen personas sin recursos que sufren carencias de las que solo nos enteramos cuando se nos recuerdan. Viene todo esto a cuento de la recogida de productos de higiene elemental (jabón, dentífricos, papel higiénico, etc.) que promueve el santuario de Torreciudad (Huesca), dentro de una campaña de Cáritas en la diócesis de Barbastro-Monzón. Sí, hay grupos de personas, aquí y allí, que carecen de lo más elemental. Del resto de sus penurias, ni te cuento. No pretendo ser aguafiestas en fecha tan jubilosa como la de Nochevieja, pero en un año de la misericordia, bien está que no olvidemos las necesidades de muchos.