En plena tormenta política nos ha visitado Hulmet, borrasca que mantuvo los últimos días en alerta la costa gallega. El temporal es la guinda del tiempo que vivimos. Aquí tenemos de acero el eje central, para poder saborear todos los climas, a veces, en solo 24 horas. La humedad es una evocación penetrante, que nos trae dolor de huesos y pone charreteras de reuma en los hombros. Como no disponemos de la duplicidad de los anfibios, nos duele el dedo gordo del pie, como si fuera un promontorio. La tormenta se despachará a gusto, se abrirá por su ombligo de luz y se agrandará hasta destapar todo lo nublado. El que no acaba de definirse es Pedro Sánchez, personaje inclasificable, líder socialista, que ha viajado a Lisboa para impregnarse de la vieja retórica portuguesa. No es casualidad que, en la capital lusa, llamen a la resistencia presidencial Palacio das Necesidades, y al cementerio general de Placeres. Entre el garoto y el abatando café, Sánchez habrá escuchado un sabio consejo local: "Tenha pacencia". En Galicia, Beiras quiere más protagonismo. Cargado de experiencias, su nueva aventura, al lado de Podemos, tiene en sí misma preocupaciones paleontológicas. La vida política, sin embargo, suele ser, más cómoda, si se guardan las buenas costumbres. Pablo Iglesias, al recoger su credencial como diputado, prometió que en el futuro, en vez de carteras, se entregarán mochilas. El desdén protocolario, el costumbrismo de interés antropológico nos sumergirán en la charanga caribeña. Entonces, los leones de las Cortes serán corderos asimilados.

Otrosidigo

El Ayuntamiento coruñés y la Autoridad Portuaria, nuevamente en litigio por unos locales de la Marina. ¿Es el Ayuntamiento tan perfeccionista y legal como aparenta y la Autoridad Portuaria un desecho de irregularidades como se le presenta?