La Torre de Hércules, la gran ausente

La Feria Internacional de Turismo (Fitur) se ha clausurado dejando, una vez más, la impresión de que Galicia centra su promoción turística en un solo punto. También se advierte la ausencia de políticas de difusión racionales, especialmente de las Rías Altas, necesitadas de ponerse a salvo de las interferencias y del olvido de la subalterna subjetividad oficial. ¿Cuándo va a dar a conocer la Xunta el monto del multimillonario presupuesto dedicado a la publicidad? Si uno repara estos días los diarios de alcance nacional, salvo suplementos de pago de alguna comunidad, Galicia no aparece entre los grandes acontecimientos promovidos a través de Fitur. La promoción turística regional pondera las islas Atlánticas (islas Cíes), pero omite las Sisargas, y la Xunta lo hace desde Camariñas hasta el sur de Galicia. ¿Y la Torre de Hércules, patrimonio cultural de la Humanidad? Mirando a la Marola; nuestro Ayuntamiento, silente. El turismo no parece una de las preferencias del Gobierno local. Se ha puesto a la rueda de la gastronomía popular en la que solo interesan las enchentas estacionales. De la deconstrucción culinaria, hemos pasado a la cocina de fusión y de esta a la confusión que agobia a quienes han asumido responsabilidades que les son ajenas. Don Xulio debiera aconsejar a sus colaboradores que, en vez de utilizar el aspersor para desalojar cuerpos extraños, agudicen el ingenio y eviten que la quincalla, por la vía de "libre designación" o del "amiguismo", pueda abrirse paso. Los funcionarios municipales mantienen la discreción profesional sobre lo que nos tememos. Ellos, los funcionarios, son la verdadera memoria histórica.