Parece que todo se agolpa este Martes de Carnaval, los lances donjuanescos y los retos judiciales de los sindicalistas de Airbús. La acción del Tenorio se desarrolla una noche de carnaval, parece como si la tragicomedia que protagonizan los caballeros Rivera e Iglesias cortejando a la dama, Pedro Sánchez, semejase aquellos don Juan y don Luis Mejía pretendiendo a doña Inés, cada uno con sus engaños. Poco tiempo puede pasar para que el enredo se complique y el posible final feliz se transmute en drama de sangre y haya que volver a las urnas que todos dicen no querer, al tiempo que escrutan las encuestas al milímetro por el rabillo del ojo. En estas funciones nunca faltaba el donaire, el bufón, el chistoso? en la que vivimos en palacios y mentideros, abundantes hay, tantos como correveidiles, meritorios, aspirantes a ver su nombre en BOE y algún optimista que espera no verlo para no ser destituido. Todos con diferentes indumentarias y peinados, estos carnavales parece que ya no se llevan las caretas y las picardías se hacen a cara descubierta y con personaje interpuesto, por ejemplo, pueden buscarles nombres actuales a Marcos, el criado de don Juan; a Gastón, el de don Luis o a Brígida, sirvienta de doña Inés en el convento. Me dirán que falta la estatua, la de don Gonzalo, el convidado de piedra ¿podrá ser ese ser inmóvil acorralado e intrigante desde la Moncloa? Recordemos que en los dramas románticos de Zorrilla o Tirso esa estatua toma vida y venganza.

Pero hoy, además de en los dramas de salón y en las burlas callejeras contra los poderosos, la actualidad está también en Getafe, desde hoy hasta el viernes está previsto que se juzgue a ocho trabajadores de Airbús por informar a la entrada de su factoría de la huelga general del 2010 contra la reforma laboral por culpa de la cual nos lamentamos y nos tiramos de los pelos cada vez que nos cae un despido cerca.

Ejercer el derecho que tenemos todos les puede costar ochos años y tres meses de cárcel a cada uno de ellos -por favor, no busquen comparaciones con Rato o Barberá- que les pide el ministerio fiscal sin haber robado ni una gallina -la pena habría sido mayor-, sin haber estafado con acciones de Bankia -estarían condecorados- solamente por defender sus derechos y los nuestros ¡ojo!.

Los juristas llevan tiempo clamando, firmando, argumentando con leyes y sesudos recursos, seguro que todos sensatos; algunos políticos se arriman con discreción, menos de los que se esperaban, los sindicatos de toda la vida a pie de obra. A ver quien se retrata desde hoy hasta el viernes a la puerta de la factoría y en el juzgado apoyando las libertades, la democracia?

Parece que estoy, como hace más de 40 años, picando un cliché en la vieja Olivetti un panfleto para la vietnamita. No, estoy en el teclado del ordenador. Los de Airbús cuentan con nosotros.