Los habituales de este folio saben que todos los años les cae un sermón por estas fechas coincidiendo con los períodos de matrícula de los retoños en la escuela, sobre todo cuando los padres y madres novatos convulsionan en las sobremesas, con las criaturas dormidas, poniendo en común los comentarios positivos y negativos que han escuchado a lo largo del día y, una vez tomada la decisión, qué trampillas más o menos fraudulentas tendrían que hacer para satisfacer su deseo, falsos censos, divorcios ficticios, sí, cada vez más? en algunos casos buscando solo servicios escolares y en otros solo pedigrí. A todas las administraciones les queda mucho que arar en esta huerta; casi todos sabemos cómo con la declaración de la renta no nos podemos andar, los de a pie, con chuminadas sin que nos pillen.

Siempre insisto, este año bastante pronto, en los informes que surgen como setas con múltiples estadísticas mercantilistas que nos evalúan y nos ordenan, que nos clasifican cual terneros en la feria, para dirigir a la clientela con posibles y sin tacha étnica, lingüística, religiosa o de cualquier otra suerte, tendenciosamente hacia cualquier cosa que no sea la escuela pública y dejarla relegada, sobre todo a las barriadas, cinturones dormitorio de grandes ciudades, escuela rural? para que haya cada vez menos mezcla interclasista, intercultural? que vaya usted a saber a dónde llevan esas mezclas; paradigmáticos han sido los gobiernos de Aguirre en Madrid y los Camps y Fabra en el País Valenciano, entre otros.

Pues bien, como no podía faltar, ya tenemos desde hace días a nuestra disposición el correspondiente informe educativo de la OCDE en el que concluye que a mayor renta, mejor rendimiento escolar en los alumnos de 15 años. ¿Cuánto habrá costado descubrir esto? Según el documento, 95.000 estudiantes de 15 años tienen un bajo rendimiento en matemáticas en España y unos 42.000 cojean, además, en lectura y ciencias, y no se crean, además advierten de que la combinación y acumulación de barreras y desventajas afectan a los estudiantes a lo largo de sus vidas. ¿No me digan?

Pero no se crean que se lo inventan: un 40% de estudiantes de familias desfavorecidas tiene un bajo rendimiento y solo el 8% en el caso de los más acomodados. Ahora viene la bomba de todos los años: la OCDE asegura que un 29% de los estudiantes que asisten a centros públicos tienen un bajo rendimiento en matemáticas, frente al 15% de los que van a colegios concertados y el 10% de los privados. Me joroban los profetas propagandistas, porque después los resultados finales van diciendo cosas distintas; mientras tanto, el daño ya está hecho, el aquelarre de patronales, iglesia y administraciones logran llenar la bolsa. Vendrán más.